¿En qué mundo vives tú? ¿y tu negocio?


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“Mejoramos enormemente nuestras oportunidades de éxito en un acuerdo poniendo al adversario en primer lugar (…). Tú haces fortuna -o al menos un beneficio sólido- tan sólo entrando en cuerpo y alma en el mundo de tu “adversario”: negocios, necesidades, requisitos, esperanzas, temores y planes”.

Jim Camp.



​Puede que esto que nos cuenta uno de los mejores negociadores del mundo no parezca relevante a primera vista, 

puede que incluso lo hayamos escuchado muchas veces, o que pensemos que “por supuesto” nosotros hacemos eso.

Pero esto –por suerte– no se resuelve con el archiconocido: 

“Nuestra prioridad son nuestros clientes”

No, no se resuelve diciéndolo, 

se resuelve demostrándolo.




Camp cuenta que en todas las negociaciones, sólo hay un mundo que él está dispuesto a pisar. 

El suyo no, claro, ese no le interesa. Le interesa el de su cliente.

Sabe que ahí está a salvo. 

Puede parecer contraintuitivo, pero es en casa de otro donde él está a salvo, 

​​y siempre lucha por visitar, no porque le visiten.




Nuestra casa es irrelevante, y esto es muy, muy bueno: 

porque nos quita los tapones de las orejas, 

porque nos levanta los ojos de nuestro propio ombligo, 

porque nos pone en contacto con las necesidades del mundo, que son con las que cerramos tratos,

con las nuestras no,

con las del resto, sí.




¿Quieres saber de un vistazo cómo están negociando las empresas en su web aunque ahí no se pueda escuchar a cada cliente?

Es muy, muy fácil.

Se puede contar con los dedos.

Contemos:

¿Cuántos “yo”, “nosotros”, “estamos”, “hacemos”… tienes?

¿Cuántos “tú”, “estás”, “haces”… hay?

​No hagas ni el porcentaje si no quieres, no hace falta, párate un segundo:


¿En qué mundo vive tu web?


Porque sólo hay uno donde todo será más rentable.

Mucho más, aquí

PD: Una cosa es tener la posesión del balón, y otra el control del partido. Ahí en el link regalamos la posesión, sí, pero el partido nunca.

PD2: Aunque no podamos sentarnos a escucharlos, eso ya lo hacemos antes. Así ya saben que nuestra prioridad son ellos, y no parecemos Miss Universo diciendo que queremos la paz mundial, año tras año.