Hoy he presenciado algo que ha cambiado mi realidad para siempre. Hoy entiendo el amor de forma diferente. Hoy he crecido. En mi paseo matutino sin móvil siempre intento relajar el ruido mental. Hoy caminaba tranquilo, sintiendo el frescor del nuevo día en mi cara y totalmente ajeno al hecho de que un nuevo capítulo de mi vida se iba a escribir pronto. Al girar la esquina, me dije: “Oh, un Nuevo Supermercado 24h” Y no debía haberlo hecho, pero miré al escaparate. Y ahí lo encontré, en un cuadrito pequeño, camuflado en la decoración: “PONEMOS LOS PRECIOS PENSANDO EN TU BOLSILLO” Sentí una ligera presión en el pecho cuando lo leí, y luego una decepción profunda: no llevaba ni media hora despierto y ya me habían mentido. ¿Tú te lo crees? Porque yo no me lo creo. No se lo cree nadie. No se lo creen ni ellos. El que propuso la frase estaba descojonándose mientras tecleaba, pensando: “si me aceptan esta mierda, los siguientes becarios los busco en la guardería”. O peor, de verdad pensaba que estaba bien y en la inauguración lo miraba con orgullo, en plan: “Qué frase me ha quedado, me los camelo a todos” Dios mio, es que esto no es serio. No me había recuperado del impacto, cuando leí en otro cuadrito: “ABRIMOS TODA LA SEMANA PARA VERTE CADA DÍA” Y me puse a pensar: ¿Quién haría esto por mi? Y me entraron ganas de llorar. Porque yo estaba criticandolos y resulta que me quieren más que mi familia. Están dispuestos a currar toda la semana para verme a mí la cara. Si eso no es bonito, no sé qué lo es. Fuera bromas. Hay pocas cosas más repugnantes en esta vida que la sensación de que alguien te está tomando por tonto o riéndose de tu inteligencia, tengas la que tengas. Y el problema no es cómo nos sintamos al respecto. No es que mate las ventas… Es que las fusila. De esto habló Joseph Sugarman (uno de los mejores copywriters de la historia) en los 80, y lo corroboran todos los que entienden por dónde va esto. (Capítulo #7 del eBook.) Mira, paso de señalar a nadie ni dar datos de esa franquicia. Pero es que los de Carrefour la han cagado. Y no pasará nada, porque está tan bien integrado en la decoración que la gente no lo va a leer. Igual esa es la intención: que lo perciba nuestra visión periférica y sea un golpe subliminal de falso amor. No lo sé, no soy ni mago ni ilusionista ni subliminal. Igual es que ya permitimos que nos mientan en la cara. Yo no. Y mucha parte del resto tampoco. Puede que el ejemplo te parezca rebuscado, pero te aseguro que no lo es. Esto me recuerda a textos online con frases precocinadas tipo: “Nuestra principal preocupación es nuestro cliente” Ufff… duro. Se me ha encogido el perineo aquí. Si tu principal preocupación fuese tu cliente probablemente le estarías hablando de sus problemas y comunicándote con él, no copiando y pegando una frase que has visto en la web del vecino. Mira, yo no sé cómo tienes la comunicación montada ni cómo te diriges al tuyo, solo sé que en el mundo hoy o tienes un producto de incalculable valor o vas a tener que conectar con la confianza de alguien. Y si quieres hacerlo de la mejor manera posible, es por el link de ahí abajo. Suscripción Pablo. PD: Lo siento, pero yo no “abro toda la semana para verte todos los días”, soy un poco más respetuoso. En el link. |
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