Yo no necesito que me subas las ventas al doble.


 
Te cuento muy rápido lo que Manuel, un cliente del sector alimenticio me dijo hace ya algún tiempo sobre su negocio:
 
 
Mira, yo tengo un negocio saneado. Estamos ganando dinero, vamos poco a poco, me río mucho con los chavales, ellos están contentos y yo no tengo que ir con ningún número a ningún fondo de inversión para demostrar que soy rentable y un día vender mi empresa.
 
Yo no necesito que me subas las ventas al doble, porque si no me toca ponerme el mono y bajar a pelear con el género a mi también, y ya lo que me faltaba.”
 
 
(En mi cara, una sonrisa primero y una cara triste después)
 
 
Seguía:
 
 
“Yo quiero ser honesto, hacer las cosas bien e ir creciendo poco a poco. No hay que forzar la máquina ni inventar nada nuevo. Me gusta crecer, sí, poco a poco hacerlo cada vez mejor.
 
Yo quiero simplemente transmitir lo que hacemos tal y como es, sin estridencias, sin artificios y sin tonterías porque “este mes tenemos que llegar a estos pedidos”. No.
 
Decir bien dicho: Yo hago esto, si te puede ayudar bien, sino pues nada.”
 
 
(En mi pecho, tranquilidad)
 
 
 
 
¿Por qué?
 
 
​Cuando a la gente le sube la fiebre de vender a la desesperada, empiezan a hacer muchas tonterías, muchas.
 
La desesperación es mala: te desorienta, te ciega, y te hace comerte cualquier cosa.
 
Empiezas a escuchar a gente hablando inglés,
 
hablando de embudos,
 
hablando de artículos de valor.
 
De cosas extrañas, cosas que no has oído en la calle.
 
 
 
​​
Parecen sofisticadas, sí, porque son términos que hay que pronunciar.
 
Pero luego la realidad es que son estrategias planas,
 
repetidas, artificiales, sin humanidad.
 
Lo de siempre.
 
 
 
 
Bien de ingeniería y mal de psicología.
 
O sea, mal.
 
 
 
 
Luego hay gente por ahí que con un mensaje auténtico, directo y con la mitad de tontería está ganando mucho más dinero que ellos en internet.
 
Esta gente no pasea en unicornio ni tiene confetis en la cabeza.
 
Son los que cogen ese embudo y se lo meten por..
 
..la oreja.
 
Así escuchan mejor lo que dice la gente y no el webinar.
 
 
 
 
En fin, que yo tengo un servicio.
 
Es más probable que te quedes metido en la cabeza de tu cliente si lo usas que si no lo usas.
 
Te puede parecer rebuscado, pero si miras cómo vende la gente a tu alrededor, quizá veas que lo rebuscado en realidad es no utilizarlo.
 
Mucho más, aquí
 
PD: Puede que este servicio no te sirva, así que como decía Manuel: “Si te puede ayudar bien, sino pues nada.”