Ayer salí a tomar algo con una amiga alemana.
Ella pidió una cerveza doble y yo un tinto de verano simple.
(dos clichés con patas)
Ella es psicóloga y yo no, pero hablamos de copywriting y su claridad me sorprendió.
Antes que nada:
Que nadie se me enfade, pero el nicho de los psicólogos y psicoterapeutas suele tener más claro la diferencia que hay entre entrar en el cerebro de alguien como Dios manda…
…o hacerlo con un taladro del 20 y una venda en los ojos rollo piñata.
Es normal que lo sepan porque se dedican a eso.
¿Les hace más falta a ellos que al resto?
No.
Les hace la misma falta.
Sólo que ellos lo suelen tener más claro y eso ya es llevar mucho adelantado.
Por ejemplo:
Ellos no te dicen las chorradas esas de “es que eso la gente no lo lee”
o
“eso así tan arriesgado no funciona con mi cliente porque es zurdo y nació por cesárea”
Eso no te lo dicen, y por eso te tomas el tinto de verano a gusto.
Pero centrémonos:
Me dijo una cosa con la que estoy muy de acuerdo.
Me dijo que para ella la ventaja más grande de un buen trabajo de copywriting no era sólo atraer más clientes o “que tu web funcione como un cohete” ni cosas así.
No era eso.
Ella pensaba (spoiler: pensaba bien) que en un mundo tan especializado como el de las terapias, el copywriting puede hacer un trabajo muy importante de filtro.
Es decir:
No decirle a un ciervo que su mejor opción es la terapia salmonete.
“Animales del mundo, ¿tenéis una vida gris?
TERAPIA SALMONETE.”
Eso no.
Que era más interesante que si tenías la terapia salmonete y al ciervo no podías ayudarle…
…pues que todos lo tuvieran claro:
El ciervo y el salmonete.
No me lío a comentar los BeNeFiCioS que tiene aplicar todo esto bien ni a nivel recomendaciones,
ni a nivel satisfacciones,
ni a demás niveles de –ciones.
Pero vamos que si lo tienes claro…
