Si te digo que el sector del automóvil no está de fiesta pues no descubro nada. La situación es la que hay. Ahora. Sabiendo eso, alguien que se dedique a vender coches puede tomar unas decisiones o puede tomar otras. Y eso ya no es lo que hay. Y este tipo de decisiones se aplica a todos los nichos. Te cuento esto porque lo veo en varias marcas y desde dentro: El concesionario vende coches o servicios de taller o no come. Hasta ahí lo tenemos claro. Entonces al principio la marca les decía: “Lanza los Business days” “Lanza los Family days” “Lanza lo que sea Pepe, pero que acabe en days haz el favor” Eso era alguna vez al año. ¿Qué ofrecían? “Descuentos extraordinarios y condiciones especiales… solo hasta fin de mes” Es decir: humo, pero pocas veces. ¿Qué pasa ahora? Que ya no es humo vez al año. Es humo vez cada dos semanas. Entonces aquello ya no es una señal, es un incendio. ¿El mensaje? Estoy desesperado por vender. Les salvará la tecnología que lleve el producto, sí. Pero, ¿su actitud? Es la de un grupo de personas que están tirando a la basura toda su credibilidad. …porque hasta el más tonto sabe que mienten. Su palabra no vale nada, porque la semana que viene te volverán a anunciar que se bajan los pantalones. ¿Cómo llamas a un tipo que no tiene palabra y que te cuenta lo que haga falta para aprovecharse de ti? Pues (dejando a las madres tranquilas) esa es la idea. Demuéstrame calidad del coche, Haz que la sienta, Compárame, Haz que tenga ganas de ir a probarlo, Explícamelo. Véndeme. Se pueden hacer muchas cosas para despertar a la gente ahorrándote un ridículo. Ahí abajo trabajamos eso: Hay algo más aquí. |
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