A Bill Burr le preguntaron algo en una entrevista y por supuesto acabó en risas. – En el programa de tal, te interpretaste a ti mismo, ¿es difícil? – No. Es lo que he hecho durante toda mi limitada carrera como actor. Los actores reales son como Anthony Hopkins, no como yo. Y contó cómo, escuchando a Travolta, supo que lo suyo no era actuar: “Travolta comentaba: este actor anda como este personaje, este otro actor como este otro personaje, el otro como…”–contaba tío Bill. “Y fue como: Mierda, todos mis personajes andan como yo …todos tienen acento de Boston …intento ser creíble.” Jajajaj Lógicamente, un actor que siempre hace de sí mismo no es un actor. Está claro que si a un buen actor le dan un papel que potencia lo que ya es, brilla, como DiCaprio en El lobo de Wall Street. Pero no puedes basar tu carrera en eso. ¿Por qué te cuento esto? Porque el otro día un cliente me hablaba de su preocupación por el tono. Por la voz de su marca. Creo que es muy educado y por eso no me dijo directamente que yo soy un poco bruto. Yo le comenté que dedicarse profesionalmente a escribir copy es tener que escribir con el mismo tono con el que escribirían otros …pero respetando los principios de la venta intactos. Es otra manera de ser actor. Con textos. ¿Por qué si Jordan Belfort está vivo y es el puto amo no se interpretó a sí mismo? Porque expresar las emociones como DiCaprio no es su trabajo. ¿Por qué si alguien es un fuera de serie en lo que hace y quiere que su negocio funcione como un tiro los textos se lo escribe otro? Porque generar las emociones para venderlo tampoco es su trabajo. La voz cambia, los principios de lo que funciona no cambian. Uno puede hablar como un dulce chico de 20 años o una señora gruñona de 80, y seguir vendiendo igual. Lo importante son las trampas en las que no caes. y ahí abajo caemos lo menos posible. Mucho más, aquí. Pablo. |
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