Desde que escuché lo que te voy a contar aquí, aunque suene a cliché, no miro al mundo de la misma manera. La vida no me la ha cambiado, (ni que yo vendiera cursos con métodos infalibles) pero sí es verdad que me ha hecho entender mejor a las personas que tengo alrededor y a la brecha entre generaciones. Es algo tremendamente sencillo, casi una anécdota, pero estas gafas te puede ayudar a entenderte a ti, a entender a los que te rodean, a entender a tu cliente… y quizá puedas hilar fino, pero fino filipino gracias a esto. Piénsalo, ¿no te parece curioso que todas las generaciones piensen -sin guerra ni posguerra de por medio- que han nacido en los mejores años? “Antes los reyes nos dejaban chocolate y un muñeco sólo, y con eso éramos super felices, eso sí que era la infancia y no ahora, que lo tienen todo” “Antes jugábamos en el parque todo el rato, eso sí que era la infancia y no ahora, con todas las pantallas” “¿Antes no teníais móviles y si alguien llegaba tarde qué hacíais? ¿y si no llegaba? Pues qué aburrimiento ¿no? Qué pérdida de tiempo” “¿Antes no teníais tablets ni PlayStations? Pues qué aburrimiento, ¿no?¿qué hacíais?” Pues esto es lo que le escuché a un autor cuyo nombre aunque quiera acordarme no me acuerdo, pero que se me grabó a fuego: – Lo que vives desde que naces hasta que tienes 15 años, es lo natural para ti, por definición. La vida es eso, el mundo es eso. No es ni raro, ni no-raro, es así y punto. – Lo que vives de los 15 a los 30 es a lo que te adaptas, es lo nuevo pero “integrable”. Es lo que consigues ver como “evolución sana”. Lo abrazas, te gusta, te hace sentir afortunado. – Lo que pasa a partir de tus 30 años, todo lo nuevo que viene detrás, lo percibes como antinatural para ti. Aunque lo toleres, lo respetes o te subas al carro y lo defiendas, es ajeno a ti. Tú no estás ahí, aunque te parezca genial que los demás sí. Por eso, si naciste en los 70-80, ver a niños pegados a la tablet te parece una aberración antinatural, aunque para ellos sea la vida. que se comuniquen por chat en la misma casa cuando se pueden pegar un grito, apocalíptico, o que te digan que no son ni chico ni chica, que son de género fluido y que según se levanten son Jorge o Susana, pues te hace preguntarte qué le ponen los turcos a la salsa blanca del Kebap que nos ha hecho acabar así. En fin, Es complicado conocer cómo piensa un cliente que no pertenece a tu generación, pero con mucha investigación, sí puedes entender cómo mira lo que tú tienes que ofrecerle, para que no se te escape ninguno y sepan que les entiendes. Esto es largo, y no todos lo valoran: ¿Eso me cobras por escribir? “No, eso te cobro por entender toda la realidad de tu venta, y conseguir que tu cliente sienta que lo conoces, aunque por la mañana sea Jorge y por la tarde Susana” Si prefieres hacer tu trabajo mientras tanto y asegurarte el tiro, es por ahí. Mucho más, aquí PD: Igual acabas subiendo las tarifas, quién sabe. |
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