Truco para poner precios más atractivos (y por qué yo no lo aplico)



Lo que te cuento en este email sirve para demostrar que el mismo precio –según como lo comuniques– puede dar una sorpresa desagradable o no darla.

No tiene nada que ver con acabar los precios en 7, ni en 9.

Tampoco con poner “desde”, un asterisco al final, y luego metérsela  doblada a alguien con la letra pequeña.

Es más tonto que eso.

Es mejor.




Esto ya lo sabía yo y lo sabe mucha gente, pero ayer mi tío me contó una historia que me pareció muy curiosa.

Y reflejaba muy bien el matiz psicológico.

Si te interesa, te cuento:




Mi tío tiene una empresa de pintura y reformas en Suiza. 

Ahí mucha más gente vive de alquiler.

Claro, los dueños de esos pisos están deseando tirar a la gente que ya lleva un tiempo, dar dos capas de pintura y subir el alquiler.

Normal. 


Mi tío siempre había trabajado con un señor mayor que empezó con pocos pisos y ahora tiene la mitad del pueblo.

El señor tiene 80 y pico años, y un imperio.

Su hijo ya está para jubilarse, pero manda el padre.

El hijo está por ahí, sí.

Pero decidir, decide el padre.

Como la reina de Inglaterra y el príncipe Carlos.

Una guerra a ver quién entierra a quién.




El caso es que este señor su chófer lo lleva todos los días a las 6 y lo recoge a las 12.

Y se dedica sólo a firmar facturas.

A controlar qué dinero entra y qué dinero sale.

Si él no lo firma, no se hace.




A veces, mientras revisaba las facturas, su hijo le veía cara de disgusto.

Incluso de susto.

“¿Qué le pasa al viejo?”

Y miraba el papel.

“Ahh..”




Entonces cuando el hijo del emperador se cruzó con mi tío, le dijo:


– Oye Jose, no nos mandéis facturas de más de 10.000 francos, que le va a dar algo a mi padre un día. 

– Pero si su padre sabe perfectamente lo que vale reformar el piso, Monsieur.

– Sí, pero que lo sepa no significa que le guste verlo. Mándame 3 facturas de 3.000 y pico, pero no me mandes una de 10.000 que un día le da un telele.





Bien.

Pues el mundo se divide entre los que piensan que es más fácil pedir 100 una vez, y los que piensan que es más fácil pedir 30 cinco veces,

(Aunque los segundos ganen un 50% más)




Por supuesto, esto depende del tipo de negocio y del tipo de cliente.

Yo, por ejemplo, no lo hago así.

¿Por qué?

Porque hay que filtrar a los clientes que quieres hasta en la factura.

Y también en el resto de tu comunicación.

Por si te interesa hacer esto bien desde el principio.

Hay algo más aquí