Tragedia para un negocio pequeño en la que caen casi todos.



Querer lo que no tenemos es humano y no pasa nada.

Pero cuando queremos lo que no tenemos, al menos deberíamos estar casi seguros de que si lo conseguimos las cosas van a ir mejor.. y ahí sí que pasa algo.

​​Controlar eso no es muy humano.

Se nos escapan cosas.

Aquí te cuento algo que si entendieran en profundidad los negocios y las marcas pequeñas, no copiarían a las grandes jamás.

Jamás.

Una cosa es trágica y la otra ridícula e igual te sirve para reenfocar.




Mira.

Ahora se ha puesto de moda algo que nunca ha pasado de moda:

El tema del storytelling.

“Cuenta historias y vende con las historias”.

Oh, sorpresa.

Pero claro, tienes que vender con historias en las que alguien se reconozca, porque hay que evitar el “esto no es para mí”.




¿Qué hacen las grandes marcas para esto?

Un esfuerzo brutal por crear personajes creíbles.

Les ponen nombres, diálogos, personalidad.. a gente que no existe.

Y crean a “Andrés”.




Andrés es una historia sosa de un párrafo con la foto de un modelo tío bueno al lado que es tan alto y va tan bien vestido que no parece ni español.

Has visto a 7 Andreses por la calle en tu vida. A 9 máximo.

Andrés es una aspiración.

(Una paja mental)

Cuando miras a Andrés, algo te dice que se despierta cada mañana en la cama de una modelo de Victoria’s Secret diferente pero él siempre con el flequillo en su lado.

Andrés mola mucho, Andrés es el puto amo.

Pero Andrés no existe.

Está creado desde la perfección para que alguien imperfecto quiera ser él.




Los negocios pequeños que tienen al frente a líderes reconocibles que resolvieron el problema  que ahora venden, no tienen que crear a Andrés.

Ellos ya son más que Andrés.

Son reales.


Y aquí está lo trágico:

¿Lo aprovechan?

No.

¿Qué hacen?

Acomplejarse porque son pequeños y ponerse a hablar como si fueran una marca grande.

Los grandes intentando humanizarse porque les cuesta vender, y ellos que son humanos tratan de profesionalizarse y de ponerse muy glamurosos y técnicos porque “mira lo que venden los grandes”.

Uno quiere lo del otro, y el otro lo de uno.




Si los pequeños se quitaran la venda, verían que si hacen lo mismo y lo cuentan igual, pues la gente va a comprar al grande.

¿Por qué iban a comprarles a ellos?

Entre dos cosas iguales, todo el mundo se queda con el estatus, con la garantía, con el descuento, etc.

Porque muchas veces no es un problema de producto.

Es un problema de enfoque.

Un problema de ventas.

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