Eso me dijo un chico el otro día.
Aunque fueran fiestas y llevara alguna copa encima, tenía razón.
Pero no por lo que él creía.
Aquí te cuento cómo utilizar el copywriting para dejar de hacerte trampas al solitario… incluso si tú mismo te empeñas en ser miserable.
En las fiestas de los pueblos y después de una pandemia uno se cruza con gente que hace años que no ve.
Típico.
Preguntamos y nos preguntan.
«¿A qué te dedicas?»
…y cosas así.
Esto es peligroso porque somos humanos y a casi todos nos dan ganas de dar consejos.
El chico del que te hablo es un tipo muy listo y al que le va muy bien, por eso me sirve de ejemplo.
Porque hasta la gente más lista tiene tendencia a los problemas.
Cuando le dije lo que hacía, me dijo tres cosas:
1. Tienes que hacerte un perfil en un portal de trabajo como Fiverr, hazme caso.
Le dije que yo cuando quiero ligar no voy a bares que son campos de nabos.
Siguió:
2. Tienes que ir a eventos de networking, hazme caso.
Le dije que no podía abarcar más trabajo del que tenía.
Y entonces me dijo:
3. Tienes que subcontratar, hazme caso.
Y le dije que ni con 5 cubatas más se me ocurriría hacer eso.
“Tienes un problema de mentalidad”
Sí, pero no es ninguno de esos tres.
No te vayas aún del texto porque quiero que veas un matiz y no tengo más remedio que ponerte mi ejemplo
(Es el que mejor me sé)
– Yo estudio copy todos los días,
– Escribo copy todos los días,
– Me organizo mis tiempos según mis energías,
– No necesito más clientes,
– No pierdo el tiempo en coordinaciones inútiles…
…y todo eso me hace tremendamente feliz.
¿Para qué voy a hacérmelo dificil?
¿Para sentirme valioso?
¿Para decir por encima de cuántos estoy?
Eso sí es tener un problema de mentalidad.
No te equivoques, no te cuento esto para darme una palmadita en el hombro.
Te lo cuento para que veas que si haces un esfuerzo por no subcontratar tu cerebro y te pones a pensar qué tipo de vida quieres…
La puedes vender.
Puedes utilizar el copywriting para vivir según tus términos.
No importa lo que estés dispuesto a hacer, o lo que no.
No importa.
Siempre hay una manera de venderlo.
Pero tienes que saber cómo.
