Lo vuelvo a decir:
La gente no sabe lo que valen las cosas.
No lo sabemos.
Ni tú, ni yo, ni nadie.
No sabemos lo que valen las cosas.
Y no hablo de que si esta generación, o la de antes, o la de después cuidan las cosas o no las cuidan.
No voy por ahí, no es ese valorar.
Me refiero a lo que valen las cosas en euros.
Hablo del numerito.
La gente no sabe lo que valen las cosas.
“Pero un cortado me cuesta más o menos 1,30€”
Ya, pero es que hay gente haciendo sandalias que se venden a 50€, y en la fábrica de al lado otras de la misma calidad se venden a 500€.
La gente no sabe lo que valen las cosas, joder.
No lo sabe.
Muchos que tienen en su cabeza a la competencia están ahí ajustando precios como locos.
Pero es que claro, cuando el cortado es el mismo cortado, es normal que si lo subes 0,20€ la gente se te eche encima.
Me explico con un ejemplo muy tonto.
Mira hace unos meses fui a desayunar por Valencia.
Hubo una cafetería que me gustó.
Me gustó por el ambiente, era acogedor.
Yo me como los ambientes también, y ese era el que buscaba.
El precio no lo miré.
Un poco más que menos, me daba igual.
Media tostada y un café eran 2€ creo.
El caso es que me pusieron los dos trozos y una microdosis de esas de mantequilla.
La microdosis no daba ni para un trozo, para dos imagínate.
Fui a la barra.
“Te puedo dar otra porción, pero vale 50 céntimos más”
Eso me lo dijo una chica con cara desafiante.
Con cara de:
“¿Me vas a pagar la mantequilla a 50 céntimos?”
Ridículo, ¿no?
“Coño, pon el desayuno a 2,50€ y si te piden mantequilla se la das, no te pones a regatear mantequilla”
¿No?
Pues este ejemplo en realidad son casi todos los ejemplos.
Esa tía sabía lo que cobraría el bar de enfrente y estaría medio nerviosa pensando que a lo mejor a mí me importaban los 50 céntimos de la mantequilla.
No tenía ni idea de lo que yo estaba comprando en realidad.
Yo iba a su cafetería por lo diferente.
Ella me cobraba como si ella fuera igual.
Pues eso.