Tener una web y unos anuncios originales de verdad.

Hay una cosa que si uno tiene clara a la hora de vender, pues tiene mucho avanzado.

No es nada complicado de entender.

Por eso lo entienden pocos.

Es el tema de la originalidad:

“Quiero unos textos originales”




Vale.

Lo primero:

Si para uno ser “original” es ser diferente, fresco, divertido o creativo pues yo no tengo nada en contra de eso.

Solo que uno debe ser honesto y saber dos cosas:

1. Lo mismo tira su dinero y su tiempo.

2. …o lo mismo tira su dinero y el tiempo de su cliente.


Venga, tres cosas:


3. Lo mismo ni es tan “original”, porque acaba poniendo cosas inspiradoras como “encuentra la casa de tus sueños” o “ven a disfrutar de un descanso en plena naturaleza” y cosas así.




¿Qué hacemos entonces?

Pues lo que te dé la gana, solo faltaba.

Pero si me preguntas (y no lo has hecho) te diría que igual conviene tener claro la diferencia entre “original” y “oRiGiNaL”.

“oRiGiNaL” es la diferencia por la diferencia.

La atención por la atención.

El juego por el juego.

La frescura por la frescura.

… y si no hay nada más detrás de todo eso, acabas siendo igual de profundo que el discurso de una Miss Universo en los 90.




Ahora.

Si “original” para ti es ir al origen, la cosa igual cambia.

Porque si juntas el origen de las cosas que haces con el origen de las cosas que le pasan por la cabeza a quien te compra…

Lo más seguro es que tus anuncios, tu web y tus páginas de venta sean diferentes, 

capten la atención, sean frescas… 

…pero tengan sustancia real.

Profundidad real.

Soy consciente de que esto, a gente que le vende a otra gente (que ya llega vendida) les suena a ruso.

Pero luego lo pones a funcionar y sorprende:

hay algo más aquí