Tener la cara semi-dura.

Te cuento algo sobre la gente que le acaba sacando provecho de verdad al copywriting y los que no.

Los que sí, tienen la cara semidura.

Ni semiblanda ni dura.

Semidura.

Te cuento una historia corta y alegre y otra menos corta y más triste.

Las dos tocan el tema.




En una Universidad americana de cuyo nombre no quiero acordarme hicieron el típico estudio de psicología.

¿De qué iba?

Pues de cosas que les tocaban lo de abajo a los trabajadores y les hacían dimitir.

Nada de otro planeta.

Si esto que te voy a contar te ha pasado, seguro que sabes la sensación.

Pero el caso es que se dieron cuenta de que lo que quemaba a la gente no era que les mandaran mucho trabajo.

Eso no era.

Lo que quemaba a la gente era que le mandaran mucho trabajo y luego el jefe le dijera antes de la exposición:

“Oye mira, que al final no, que vamos por otro lado”

Claro, el que no pierde el tiempo no lo ve grave porque “lo ha pagado”.

Pero al otro lado de la orilla suena otra canción.

Esa es la historia corta y no triste.



Ahora la menos corta y más triste:

Hace muchos años escribí una carta para vender unas naves industriales.

“¿Se venden naves industriales por carta?”

Pues hombre, si las tiene un humano y otro humano las quiere y sabe leer, pues tú me dirás.

A ver, yo no soy nada del otro jueves, pero en ese nicho no habían visto nada por el estilo.

Eso es así.

Lo sé porque vi cómo vendía el resto. 

Mi cliente tenía delante de él la posibilidad de adelantarlos a todos por derecha e izquierda.

Tenía un arma que el resto no.

Era como bombardear Hiroshima y Nagasaki cuando el resto aún están pegando tiros.

Era otra cosa.




¿Qué pasó con la carta?




Acabó en un cajón.




La vida es así.

Me la pagaron, y me la pagaron bien.

Pero acabó en un cajón.




Cuando pasan cosas ahí te das cuenta de que ir más lejos o más rápido que el resto casi nunca es una cuestión de tener los medios.

Es cuestión de tener otras cosas.

Sí, esas cosas son dos cosas.

Sí, esas dos cosas son ovaladas.

Con esas dos cosas ovaladas, una buena página de ventas y un poco de constancia, se hace

…si no tienes la cara muy blanda.

hay algo más aquí