Pablo Barceló (Alicante,1988) 1. El autor se interesó un poco por la espiritualidad en 2007 para ir por la vida haciendo menos el idiota. Eso le pareció “una comida de bola” a la misma gente que, diez años más tarde, pondría frases en Instagram hablando de consciencia, resiliencia, y demás. 2. En 2017 dejó de beber (casi) y eso puso nerviosos a muchos en sobremesas y pubs, que (sin que el autor les preguntara o les acusara de nada) le aseguraban muy serios que ellos “tampoco bebían tanto”. Algunos iban más allá, y le obligaban a que probara su gin-tonic, (“va chico, solo es un sorbo, no te vas a morir”), como si el autor no supiera a qué sabe o le tuviera miedo a una copa.

[Inciso: si hay algo que el autor considera tierno es que alguien se sienta “más hombre” hablando de “toda la cerveza que bebe”. Al autor le apetece darle un abrazo y decirle que aún es posible para él pasar de beta a alfa, si de verdad le pone ganas.]

3. Un buen día, el autor dijo que mejor lo dejaba todo y se ponía por su cuenta. Lo primero que hacían los que le escuchaban era explicarle por qué ellos mismos aún no se habían puesto por su cuenta. El autor se dio cuenta (joder, por fin) de que no podía hacer ni contar nada sin que el resto de gente se mirase su propio ombligo. Se puso triste y se calló. Cuando entendió lo que eso quería decir, se puso feliz y se hizo copywriter.

El autor ha escrito correos* como Histórico: sólo 39 palabras y los manda al Polo Sur, en el que enseña cómo mover masas dibujando un verdadero infierno lleno de inconvenientes. La extraña razón de una madre para no abrazar a su hijo, donde cuenta el fallo de enfoque más importante que tienen el 95% de las empresas en su web. Estructura para escribir newsletters que igual te hacen perder dinero, donde da una lista de 9 errores de novato en correos comerciales. Titulares que arruinan meses de trabajo en 1,2 segundos, en el que cuenta cómo la venta de un producto espectacular se va al agua por 7 letras. 

*El autor se niega a dar datos sobre las aperturas, interacciones y demás chorradas porque aún conserva su sentido del ridículo, pero sí quiere comentar que esos correos sólo los reciben sus suscriptores y no se encuentran en ningún otro lugar que no sea dentro de su lista.