Aquello de “más vale prevenir que curar” es un buen consejo que nos dieron las abuelas y que nos pasamos todos por ahí.
Eso dice la evidencia.
Bueno, la evidencia y los números de las farmacéuticas.
Pero no vamos a empezar a hablar de aquello de que es mucho más fácil vender la cura que la prevención porque eso lo sabe todo el mundo.
Y si llevas un tiempo en esta lista entiendo que tu razonamiento es más profundo que la media de artículos de Google sobre marketing.
Así que vayamos a otra cosa más fina:
Qué hacer cuando vendes prevención.
Hablaba con unos clientes sobre cómo atacar unas preguntas frecuentes en un video de ventas.
Es para un curso de cuidados a familiares.
Y el caso es que hay un tipo de cliente al que su situación no le molesta y no ve porqué debería aprender lo que enseña mi cliente.
La frase es:
“Es que eso de momento lo llevamos bien”
Hasta el cliente sabe que este “de momento lo llevamos bien” por fuerza un día se convertirá en “lo llevamos de puto culo”.
Pero es que algunos peligros están tan lejos que no dan miedo.
Está claro.
Entonces si no quieres vender absolutamente nada a este perfil de cliente deberías de decirle cosas como:
– Es importante que empieces ahora.
– Que no te coja desprevenido.
– Más vale prevenir que curar.
Cosas así.
Cosas que a su cerebro arcaico
(preocupado de comer y no morirse)
…pues se la sudan lo más grande.
En fin.
Como hay partes del cerebro a las que no renta atacar (porque es como pegarle puñetazos a un muro de piedra) pues es mejor cambiar de zona.
Porque saber pegar es importante.
Pero saber que dónde pegas pasa algo es más importante.
Por si quieres orientar tus golpes y eso: