Hace poco leí algo de uno de los referentes del marketing más influyentes de nuestra era que no me resultó del todo extraño porque aunque se ven ejemplos, se ven pocos. Y por desgracia, no son suficientes si uno quiere prosperar en el mercado. En una sociedad que tiende a tener de todo y a tenerlo fácil, hay dos cosas que ponemos en riesgo cuando respiramos aquí y ahora. Cuando vendemos también, pero más importante cuando respiramos. Dos. 1. Si hay satisfacción es porque hubo esfuerzo. 2. Si no estamos comprometidos de manera profunda, las cosas que hacemos pierden el sentido. Seth Godin comentaba algo que parece que nada tiene que ver, pero que todo tiene que ver. Hablaba de quien dice: «Solo estoy mirando» Lo vemos todo el tiempo y no sólo en las tiendas, también en los catálogos o en las páginas web. Puedes distinguir a los estudiantes comprometidos de los que simplemente pasan de largo. Puedes distinguir quiénes leen el libro porque tienen algo en juego y quiénes simplemente pierden el tiempo. Cuando adoptamos la postura del compromiso, ocurre algo extraordinario: Las lecciones se vuelven más profundas y útiles. Las preguntas que se hacen son más específicas y urgentes. Las conexiones que se establecen son más profundas». De acuerdo en todo, hasta en los saltos de párrafo. En todo. Pero si tiramos del hilo, nos daremos cuenta pronto de que hay que construir ese compromiso para darle el gusto a quien te compra. (Construirlo nosotros, el vecino no, nosotros.) Coger ese deseo, y darle forma. ¿Concienciar de si hay algo en juego? También. Porque justo así es como podemos dar sentido a dos cosas: 1. A nuestro trabajo. 2. A la inversión de nuestro cliente en él. Me sorprende (y al mismo tiempo no) que esto incomode a muchos. Debería de ser algo que agradecer. Cosas a las que tú no veías el sentido como cliente, y ahora de golpe te llenan el depósito de él. Te inyectan fuego en los ojos. Te dan ganas de seguir. Sientes ese tirón del pecho hacia lo que puedes lograr. (No a una vida sin cosas que resolver, eso no, eso en todo caso es la muerte) Pero sí a un lugar con mejores cosas que resolver. Que te lleven allí, y que te lleven comprometido. Eso es vender bien: ayer, hoy y mañana. Mucho más, aquí PD: El resto es reírse de la inteligencia de la gente con fotos y eslóganes. PD2: Y como ejercicio de consciencia particular, recordar que la diferencia entre una persona con un negocio rentable y otra con el mismo negocio no rentable, es que los clientes del primero saben que trabajar con él tiene sentido y lo pagan, mientras el segundo tiene que ir a morir a los descuentos para que alguien encuentre un motivo para comprarle. Y cuando este motivo siempre es el precio, puede que estemos yendo al lado oscuro de la fuerza. |
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.