Te cuento muy rápido. Russell Branson es el sueño húmedo de todo Estados Unidos. Es un tipo que en un sólo año vendió un millón de dólares desde su sótano. Muy importante el detalle del sótano. Porque si tienes un grupo de rock americano y no ensayaste en el garaje… Despídete. Y si eres un genio de la tecnología o las ventas y no llegaste al millón en zapatillas de estar por casa y comiendo espaguetis con tomate.. Despídete también. El caso es que Russell ya vendía una barbaridad, pero no se acercaba a la barbaridad que vendía un mito de su tiempo. Contaba la leyenda que al final de cada conferencia del “flautista de Hamelín de las inmobiliarias” , había cientos de personas sacudiendo al aire sus tarjetas de crédito. ¿Quién era este tío? Ted Thomas. Un día, Russell hizo una presentación de ventas en la que estaba Ted. Russell lo sabía, y manchó el calzoncillo. (A ver, esto es normal, es como cantar en el karaoke con el espíritu de Barry White o Whitney Houston en el público mirándote. Da igual lo bien que cantes, cantas mal.) Al final de la presentación, Ted invitó a cenar a Russell. Y Russell le preguntó por qué la gente no saltaba de la silla tan rápido como lo hacía con él. Ted le dijo: – Es bastante simple. La primera vez que ellos te responden que sí a ti, es cuando les pides dinero. – ¿Cómo? – Sí, mira. Cuando a ti te dicen que sí una única vez al final, a mí ya me han respondido que sí cien veces antes durante la presentación. – No me lo creo. ¡BAM! Un 174,60% más de ventas en la siguiente presentación. Ahí ya sí se lo creyó. Pero claro, Russell y Ted sabían qué tenían que preguntar para que les dijeran que sí, porque sabían a quién hablaban. Sabían dónde había riesgo y dónde no, y no se pillaban los dedos para que la gente de su audiencia dijera: “Ay, pues no, este no soy yo.” Ahora. Tú puedes creer que eso se consigue con recetas. O puedes creer que se consigue pensando. Por si acaso es la última, es abajo. Mucho más, aquí PD: Si también piensas que «¿Quieres cambiar tu vida?» ya ha perdido la magia que nunca tuvo, también es por arriba. |
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