Salvaje herejía a uno de mis pasajes favoritos.



—Muy bien. Y ahora dime ¿qué es lo que tú puedes dar? ¿Qué has aprendido? ¿Qué sabes hacer?

—Sé meditar, esperar y ayunar.

—¿Es todo?

—Sí, creo que es todo.

—¿Y de qué te sirve? El ayuno, por ejemplo, ¿para qué es útil?

—Es muy útil, señor. Cuando un hombre no tiene qué comer, lo más inteligente será que ayune. Si, por ejemplo, Siddhartha no hubiera aprendido a ayunar, ahora tendría que aceptar cualquier empleo, en tu casa o en otra parte, pues el hambre lo impulsaría a ello. Pero al ser como es, Siddhartha puede esperar tranquilamente, pues desconoce la impaciencia y la necesidad; puede aguantar el asedio del hambre largo tiempo, y encima reírse de él. Para eso, señor, sirve el ayuno.


–Siddhartha, de Hermann Hesse (1922)







Bueno, el comerciante este que le estaba haciendo la entrevista de trabajo al Buda, estaría pensando 

“huevos, menudo loco me ha tocado, dame el whatsapp de tu camello”

o quizá pensaba que saltarse un día la cena estaba bien, 

que lo del ayuno intermitente o el calendario judío, si le apuras,  también, 

Meditar y esperar, también bien.

Pero en 2020, si ese comerciante era tan bueno tendría mejores consejos para el Buda, si es que el Buda quería rechazar colaboraciones que no le gustaban o no tener que bajarse los pantalones por ellas, claro.


¿Como cuáles?


Medita si quieres, 

Espera si quieres, 



Pero vende mucho y bien.



Así, no necesitarás al primer cliente que te cruces, porque sabrás que tienes otras opciones.

Así, tu cliente te apreciará más, porque él también sabrá que las tienes.

Así, trabajarás mejor, porque sabrás que has elegido hacerlo, no necesitado hacerlo.

Así, te pagarán lo que vale tu trabajo o tu producto, porque sabrás que si no, te vas y se lo vendes a otro.







Si decides que vas a ordenar tu casa para que eso empiece a pasar en unas semanas, yo tengo un servicio.

Después de aplicarlo, igual tu cliente pasa de un “meeh” a un “Hostia”, cuando aterrice ahí.

Y tú igual que Buda, pero sin ayunar.

Mejor vendiendo.

Mucho más, aquí.

Pablo.

PD: porque si el proyecto es del montón, el cliente, con suerte, es del montón también.