Cuando te llegue este email, me quedará poco para llegar a Pirineos. (Pero si eso casi no me importa a mí, no me quiero imaginar a ti) Vamos a hablar mejor de algo que igual no te parece importante. A mí sí. Y es sobre cómo evitar el rechazo de tus clientes (consciente o no) cuando ven algo tuyo. Vale. Todos sabemos ya que la razón por la que vender está mal visto es porque siempre nos acordamos del escándalo. Siempre nos acordamos de la estafa. Es lo primero que nos viene a la mente. Es la misma razón por la que hace 10-15 años un niño niña o niñe te parecía gracioso, lo mirabas, le sonreías y todo era normal… Y hoy te guardas la tontería porque a ver si van a pensar que eres un pedófilo. No sé cuál será el porcentaje de pedófilos, un ¿0,01%? Pero eso da igual, porque si juntas: Niño + Adulto desconocido. Pues es lo que te viene a la mente. Pero no me desvío: Otra razón por la que no nos gusta que nos vendan es porque la mayoría de gente que lo hace es una de estas dos cosas: 1. Muy aburrida. 2. Muy falsa. Y si no nos devolvieran el tiempo que nos quitan pues vale. Pero no. Así que como esta semana descanso de pantalla y pensé en qué hacer con los mails. Iba hasta arriba de cosas que acabar y sin mucho tiempo. Y me dije: ¿Y si los escribo cortos? ¿Y sin son pensamientos sueltos? ¿Y si…? Por mucho que me guste contar cosas todos los días, hay algo que es más importante que eso: No ir a tocar la puerta de alguien con las manos vacías. Ojo, no hablo de no tocar los huevos. Tocar los huevos no es ir con las manos vacías, es muy importante saber tocarlos. Hablo de ese tipo de venta que nos roba tiempo, nos genera resentimiento.. Esos segundos que no nos dejan nada. Esos. Pues ahí está mi línea. (La mía, tú haces lo que quieras, faltaría más) Así que no habrá mail ni cortos ni largos hasta el 23 de agosto. No estoy. Pero si con la vuelta al cole quieres engrasar la maquinaria, se aprende algo y se potencia mucho un proyecto mirando abajo. Hay algo más aquí |
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