¿Qué hacen los que cierran clientes a 250.000 euros?

1. Entras en la web de una promotora millonaria y te recibe una frase bonita que suele tener como palabras clave “casa” “sueño”y “vida”.

2. Buscas donde quieres vivir desde 250.000€ hasta no lo sé.

3. Hay un catálogo donde viene más información.

4. Lo solicitas a cambio del teléfono y del email, y dentro te ponen fotos del edificio y a cuánto está de las playas.

5. Un cuarto de hora más tarde, te llega un email de Stefan (un tipo que habla varios idiomas y que le vende a guiris que no le regatean) para decirte si tienes alguna duda.

6. Te escribe al whatsapp para concertar una llamada o una visita o lo que tú quieras, que para eso pagas.




Eso es lo que hacen.




Google decía antes de la pandemia que el 82% de la gente mira bien en internet antes de pedir un contacto.

(Ahora me imagino que serán más)

Pero vamos, la primera impresión ya sabes dónde se la llevan.

Y en un mercado en el que hay muchas opciones, uno debe imaginar a su cliente en el sofá después de cenar visitando su web.

Sabiendo esto, cada palabra en una página de inicio debería ser asunto de estado.

Y el resto de comunicaciones desde ahí… más sagradas que las tablas de Moisés.

Pero no soy imparcial.




No soy imparcial, pero sí he visto varias cosas:

– La reacción de muchos cuando entra a una tienda de ropa y antes de mirar el primer perchero ya le preguntan si le pueden ayudar.

– La reacción de otros cuando suena el teléfono.

– La diferencia entre lo que sientes por dentro cuando te ofrecen información y cuando tú la solicitas.

Eso sí lo veo.




Por todas esas cosas es por las que me hace gracia cuando los copywriters dicen eso de “vivo de escribir”.

De escribir vives si eres taquígrafo en el congreso.

Si no, vives de pensar cómo mueves a la gente por dentro para que decida moverse por fuera.

Para optar a pulir eso:

hay algo más aquí