Mirando un ejercicio grupal que Ana (cliente y suscriptora de esta lista) hacía con sus alumnos, vi algo muy interesante. Ana hablaba del orden de las cosas. Hablaba de cómo este orden hace que cada uno de nosotros en realidad viva en un mundo totalmente diferente: Uno se encuentra en un punto de lucha, otro de rendición, otro de descanso, otro de aprendizaje… Una persona, un mundo, una historia. Ana contaba que, cuando despertamos, todos buscamos cuál es nuestra misión porque sentimos que nos hace falta realizarnos. Que a menudo sentimos que lo que somos se escurre entre la masa de la gente. Que se disuelve. Que tenemos a nuestros “yo” sofocados entre tanta gente, porque nunca nadie nos dice: “Explóralo”. Sólo a veces sentimos una llamada: “Oye, esto que estás haciendo tú por aquí fuera está muy bien, pero, ¿qué pasa dentro?” Que si el trabajo y las facturas, Que si cría hijos y que crezcan y que no les falte de nada y que la escuela y que no sé qué. Que si tengo pareja y ahora estamos pasando por una crisis y qué hacemos.. Que si qué bonita la segunda casa los findes… “Y hasta que no se rompen por dentro–decía Ana– no se preguntan: ¿Dónde estoy yo en todo esto?” Yo, que no sé tanto como Ana, opino que somos nosotros los que nos sofocamos a nosotros mismos porque vivimos con el miedo a ser el tonto del pueblo. Y tratamos por todos los medios de no hacer nada que llame la atención no sea cosa que la caguemos y nos señale gente que está demasiado ocupada pensando en sí misma como para pensar en nosotros. Sea como sea, siempre es falta de confianza: Confianza en uno mismo. Confianza en la vida. Confianza en las ventas. Como no valoramos lo que tenemos dentro y no conectamos con nuestra propia fuerza, nos podemos a copiar al de al lado a ver si así conseguimos pegar el pelotazo haciendo lo mismo.. Complicado. Queremos que lo copiado, que lo guionizado, signifique algo para alguien. Y no significa nada para nadie porque es más de lo mismo. (Me seco la frente) Volviendo a las prioridades: Hacer un esfuerzo en entendernos y expresar nuestra individualidad rara vez es la prioridad. Es la 5ª o la 6ª o la 29ª en la lista. Antes hay que trabajar mucho, organizar pedidos, reuniones, coordinar que las fotos sean bonitas, o asegurarnos de que la web en el móvil se lee bien. (Luego, tapamos el logo y no nos reconoce ni la madre que nos parió) …pero así queremos “que la cosa cambie”. Para querer menos y cambiar más: Hay algo más aquí |
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