Conste en acta:
He tratado de evitarlo por todos los medios, pero es imposible hablar sobre cómo ser un profesional más deseable sin tocar lo personal.
Lo siento.
Ahora, una cosa te digo:
Se entiende mejor así.
No sé si lo he comentado ya alguna vez, pero hay cosas que da igual quien seas te van a pasar sí o sí.
Esta es una:
Al principio, cuando eres niño, todo te vale.
¿Sois 50 en la guardería?
Tú tienes 49 amiguitos.
Luego vas al cole, y de esos 50 se quedan 35.
En el instituto, ponle 20.
En la universidad a toda hostia 10.
Y luego (si no te has preocupado por hacer nuevos fichajes) de ese grupo de 50 se te queda la cosa temblando.
Es que siempre es así.
y es sano.
Entiendes qué estilo te va mejor,
qué conversaciones.
qué deportes.
qué libros.
qué.
Empiezas en el tronco con todo el mundo y cuando llegas a las hojas miras a las otras ramas y te dices:
Buah, es que ni de puta broma.
Crecer.
¿Muy simplificado?
Sí.
Pero crecer.
Y si no te mueves del tronco, como diría mi ex, pues eres un “quedao”.
Dicho esto.
Igual piensas que esto es pensar de más, pero una empresa no es muy diferente de todo esto.
De hecho es lo mismo.
(Pero con que asumamos que “no es muy diferente” está bien)
¿Y qué pasa?
Que ir por ahí hablándole a todo el mundo y queriendo ser amigo de todos también es infantil.
Y si la gente te ve haciendo eso, hay algo denro que les dice:
“Ugh”
No saben por qué es raro, pero lo sienten.
Esto es trágico en lo personal y en lo profesional.
Yo en lo personal no puedo ayudar a nadie.
Pero si quieres llegar a un nivel de comunicación con tu negocio en el que estés satisfecho porque la gente ya puede ver lo que hay de especial
(y lo puede ver muy, muy claro)
Pues con eso sí te puedo ayudar.