Pare** que te meto.



(Poesía autocensurada)

Tengo un amigo que se cansó de gestionar Homo Sapiens y se lo montó por su cuenta. 

Ahora construye webs y vive en el campo. Allá dónde si el repartidor llega, la pizza ya ha enviado más calor a la atmósfera que las estufas de las terrazas.

(Que aunque sean la debilidad de los fumadores, para Greta, para su padre y para mí son una vergüenza. Y comer cerezas en invierno también.)



Pero volviendo a lo que nos ocupa. Mi amigo, como tú y como yo, está sujeto a la Regla de Pareto, el italiano del 80/20 que está en todos los sitios. 

En nuestro caso, Pareto dice que:

– Aprox. el 80% de tus ingresos vendrán de aprox. el 20% de tus clientes. 
– Aprox. el 20% de un tipo de trabajo generaría aprox. el 80% de tus beneficios
– Aprox. así con todo.

En este caso, habrá un 20% de tus clientes que te dará no solo el 80% de tus dolores de cabeza, sino hasta ganas de opositar a lo que sea 

pero de culo al público.

(Pista: son los de los favores, los de “es muy caro” y los del “¿pero estás seguro?” en bucle.)




Mi amigo el ermitaño dio un día con uno de la minoría no silenciosa y hablaron de los textos de su futura web:

Pero “X”, ¿no me puedes escribir 4 cosas tú?– le preguntaba su cliente. 

(Joder, que risas cuando me lo contaba)

–Mira “Y”, es que yo no sé redactar para vender. Pero tengo un amigo que es copywriter.
–¿En serio tengo que pagar a un tío para que escriba?– “Y” decía. 


El caso es que “Y” vendía productos de entre 5 y 6 cifras (me hago el misterioso, como los americanos). Y quería ahorrarse la calderilla intentando que le escribiera los textos alguien que le estaba diciendo en la cara que no sabía redactar.

Y es que no es el curro de “X”. 

Ni eso, ni vender.



Es como si cuando trabajaba de Arquitecto, viene mi cliente a decirme que quiere vender el proyecto, que le haga un par de foticos chulas:

«Mira Philippe, que la cámara del iPhone irá como un tiro y la regla de los tercios me la sé, pero es que yo por mucho que me guste pensar que tengo sensibilidad estética, no hago -ni pretendo hacer- las fotos que hace un fotógrafo.»


En los dos casos habría fotos, pero no funcionarían ni parecido.

En los dos casos habría texto, pero no funcionaría ni parecido. 

Así que si pretendes que tu página web, tu campaña o tu producto se comuniquen perfectamente y toquen los botones que tengan que tocar, yo -de momento- ofrezco esos servicios.

Y es haciendo click en el link.

Mucho más, aquí.

Pablo 

PD:
También tengo alguna estrategia de sentido común (el menos co…) para parar al bueno de Pareto.