Nota incómoda para yonquis de los descuentos (dos cosas importantes)



Si uno escucha a gente a quien no debería escuchar podrían meterle en la cabeza que para vender más no hay que romperse la cabeza.

Mejor esto:

1. Poner un precio.
2. Tacharlo y al lado otro más bajo.
3. Boom, qué locura, “me lo van a quitar de las manos.”

Esa es la teoría 1.




Otras teorías más sofisticadas, te hacen el resumen “real” de todo el valor que te dan y luego te lo dejan en un precio ridículo si lo comparas.

Esa es la teoría 2.




¿Hay teoría 3, 9 y 28?

Sí, pero si uno quiere un negocio rentable en el tiempo no puede dedicarse a aplicar teorías miopes.

¿Por qué?

Dos cosas.




(Lo voy a decir)

Los descuentos, en la inmensa mayoría de los casos, son para gente que no sabe vender.

(Ya está dicho)

Si el único argumento por el que alguien está eligiendo un producto es el precio, ese negocio funciona muy por debajo de sus posibilidades.

Y ese negocio (que es mudo) está haciendo algo peligroso.


¿Qué?


Llamar la atención de gente que funciona por debajo de las posibilidades de ese negocio.

Porque esa gente (que va por precio) no respeta ni valora lo que está comprando.

Y por extensión, no respeta ni valora al que lo vende.

Eso es así.


¿Culpa de esa gente?


Nunca.

Culpa del que vende.

Eso cuanto antes lo sepamos, más nos empoderaremos y sin tener que salir a la calle con una pancarta y la cara pintada.



​​
(Lo voy a decir también)

Los descuentos destruyen la confianza de la gente en tu negocio.

(Ya está dicho)

Esto no necesita explicación y yo tengo un servicio.

Es para poner cartas en el asunto y que todo el mundo vea que tienes un algo sólido desde el minuto 1.

Requisito: tener algo bueno.

Dejarlo muy claro ya es problema mío.

Abajo en el enlace.

Hay algo más aquí.