No sé si alguna vez tu madre te llamó por tu nombre completo y te dijo:
“Mira, están los amigos y están los conocidos:
unos están en las buenas y otros en las buenas y en las malas.”
Vale.
Pues esto que se aprende al mismo tiempo que ya te sabes atar los cordones tú solo… mucha gente que tiene o trabaja en redes sociales no lo integra bien.
Saben que un seguidor no es un cliente.
Lo saben.
Pero hacen como si lo fuera.
Es decir:
No lo saben.
Cuando escucho:
“No crecen los seguidores”
“No hay interacciones”
“No creamos comunidad”
…y veo a gente jugando al marketing de:
– 3 consejos para respirar sin hacerte daño.
– Día internacional de los daños por excremento de paloma.
– “Pon título a esta foto: sólo respuestas incorrectas”
A ver…
Vamos a dejarlo claro:
Si conocer a mucha gente no te sirve de nada si no sacas un amigo, tener una “comunidad” tampoco sirve de nada si no tienes un plan claro para hacer que te paguen.
Eso es así.
Y esto se lo dices al encargado de redes de turno y te miran como si se hubieran levantado de un coma:
“¿Plan? ¿Qué plan? Les estamos enseñando el producto.”
Están jugando a un juego de niños que tiene más que ver con su propio entretenimiento que con las cuentas de su cliente.
Pero da igual:
Porque a su cliente alguien le ha dicho que estar activo en redes sociales es muy importante y paga por atención.
Y en la atención no está el dinero.
El dinero está siempre en la acción.
No en la atención.
Y la atención es clave, pero sólo es el primer escalón.
(Por eso vemos a gente que acapara bien la atención diseñando agendas, camisetas o tazas de desayuno y vendiéndolas en sus redes. Algo tienen que poner en “acción” o no cobran)
La atención es el primer paso que alguien da en tu puente.
La acción, el último.
Y esos momentos en los que lo atraviesan y abajo ven pasar el cauce del río se llama copywriting.
Para esas cositas: