“Tuve un sueño: Tenía todo lo que quería. No es lo que te imaginas, y si soy honesta, la verdad es que fue una pesadilla” Así empieza la canción de una mujer de 80 años encerrada en el cuerpo de una niña genio que se llama Billie Eillish. Y si digo niña genio es porque -entre otras cosas- se dio cuenta de algo más allá de que la ilusión de “tenerlo todo” es una trampa. (Porque que es una trampa lo sabe hasta mi primo que hizo la comunión hace 3 años) Ella se dio cuenta siendo adolescente de algo mucho más interesante: Querer tenerlo todo es un motor estupendo, sí. Pero tener todo lo que uno quiere (de verdad) es lo peor que le puede pasar a alguien. No tener nada que esperar. Ni que desear. Ni que conseguir. Ni que te duela un poco para que te haga moverte. Lo peor. Y quizá no lo piense porque sea una amargada. Igual todo lo contrario. Igual es alguien que tiene claro que estar vivo es sentir un impulso por algo. Y que ya no sentirlo por nada es estar muerto. Mira. Todos sabemos que la gente que se tira por los balcones no se tira porque esté muy mal. Muy mal podemos estar todos, en muchos momentos. Se tiran porque están muy mal y además no creen que vayan a estar mejor. Ya no esperan nada mejor. Nada les mueve. Y justo ahí, se tocan con los que lo tienen todo y cierran el círculo. Vale. Ahora vamos a enfriarnos un poco: Si vivimos de deseos, Si son todo por lo que estamos aquí, Si solo queremos que mañana las cosas vayan un poquito mejor que ayer.. Pues quizá te sorprenda que haya negocios con mensajes más planos que una canción de Sonia y Selena. Negocios que son bloques de hielo en el peor de los casos, …o maniquís en el mejor. Y nadie tiene ganas de abrazarse a un bloque de hielo o a algo que no tiene vida. Uno tiene ganas de abrazarse a quien lo entiende a uno. Hay algo más aquí PD: Para dibujar el deseo que hace que la gente se mueva hacia tu negocio y siga cuerda (y te pague) es arriba. |
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