Me los quitan de las manos

El otro día me pasaron un video y se me cayó el alma al suelo.

El caso es que Marta, una chica que lleva la comunicación audiovisual de varios concesionarios (y con la que colaboro desde hace años) quería impulsar la venta de un coche. 

Hasta aquí vida normal.

Importante:

Marta se dedica a la comunicación, no a la venta.

A la venta se dedica el jefe de ventas.

Marta no. 

El jefe de ventas, que es el protagonista de este vídeo.

Marta me dijo:

“Pablo, necesito el texto para poder presentar el vídeo del jefe de ventas”

Y me pasó el vídeo.

Le doy al play.

Veo a un señor de unos 1,70 centímetros con vaqueros y camisa de manga corta por dentro andando muy cómodo hacia la cámara.

De golpe se frena, y como si fuera un ángel de Victoria’s secret cuando llega al final de la pasarela, dice:

“¿Qué porqué recomendaría el nuevo XXX?

Pues a la vista está.”

Aquí una reverencia al coche, como en los programas de los 90 donde la tía buena de turno abría el escaparate

Seguía:

“Por su diseño, 

Por sus nuevas terminaciones,

Por su nuevo puesto de conducción,

Por sus motorizaciones: diesel, gasolina e híbrido enchufables.”

Y con una confianza extrema, suelta la bomba final:

“Sin comentarios…”

Jajajajajajajajaja qué par de huevos.

A ver.

Es que luego cuando dicen que en España seguimos viendo a la gente que se dedica a las ventas como gente que tampoco se iba a colocar en otra cosa, pues…

Es que ves estas cosas y sólo puedes estar de acuerdo.

No hay forma de defenderlo.

Si te preguntan que por qué recomiendas un coche en particular y tú abres la boca y recomiendas todos los coches nuevos del mercado, no hay forma de defenderte.

Y no pasa nada.

La vida sigue y mañana es martes.

Tú puedes optar por su estrategia:

1. Reverencia y un “a la vista está”

(aunque no lo esté)

2. Cierre con un “sin comentarios”.

Ahora.

Si estás aquí para sacar algo es mi obligación repetir que quien no hace comentarios vende muchísimo menos.

Y quien cree que las cosas están a la vista, pues menos todavía.

Y

hay algo más aquí.