Más suscriptores con una sola barra de pan




Te cuento esto por si se te pasó, porque tiene su aquel.


Barry Schwartz es un psicólogo de ascendendia georgiana, 

Georgia pertenecía al régimen comunista de la URSS,

y en los supermercados de la URSS por lo visto no te ofrecían mucha variedad.

Los huevos empezaban todos por el mismo número, supongo.

Ahí o todos los yogures tenían trozos, o los trozos al río.

Ya me entiendes.





El caso es que un día vino una tía suya a casa poniendo el grito en el cielo. 

Diría algo así.


“Joder, menuda historia para comprar pan. Toda mi vida siempre ha habido un sólo tipo de pan, y ahora hay que tener 3 Mba’s y haber despedido al jefe para saber qué barra comprar. Hay 100 opciones. ¡¡Lo odio!! ¡A ellos y a vosotros!”


El pequeño Barry pensó que quizá esa era la típica tía loca que tienen todas las familias no tóxicas, pero aquello le inquietó.

Y años más tarde se dio cuenta de que su tía de loca no tenía nada. 

Loco estaba el panadero. Su tía no.




Cuando Barry ya se hizo mayor, llevó a cabo el famoso estudio con mermelada que hizo famosa la hipótesis de “La paradoja de la elección”

Tener que pensar un poco para elegir es bien.

Tener que pensar un mucho para elegir no es bien.





Esto es un poco como el chico “respetuoso” que le da “todas las opciones del mundo” a su nueva novia.

“Conmigo es libre”

Sí, y te quedan 3 telediarios con ella. Uno arriba, uno abajo.


«¿Dónde quieres cenar, mi amor? Vamos donde tú quieras. ¿Nos quedamos en casa? ¿Llamo a estos? ¿Hará frío? ¿Habrá que reservar? ¿Te apetece chino? ¿Hamburguesa no, no? ¿o sí? ¿de verdad te apetece salir? ¿de verdad de verdad? ¿segura, eh?»

– Chico respetuoso, haciéndola libre.


Aunque igual el que se está liberando es él de tener que pensar, y tiene que pensar siempre ella. 

Pero igual estoy igual de loco que el panadero de la tía de Barry.


Él: ¿Me visto y vamos al chino?
Ella: Buah, me apetece más pizza.
Él: Vale.

“Oprimida” sin quemar neuronas, y sin embargo libre y potencialmente más feliz.






Bueno, 

tengo una clase gratis que dejará de serlo el viernes a última hora.

Pero no será ni gratis ni de pago. No será.

Ahí hablo demasiado brevemente de estas cosas porque dura muy, muy poco.

Pero si quieres no marear a tus visitantes y que se suscriban a tu lista, hay que saber aplicar la historia de Barry.

¿Entrarán si no lo conoces? Sí.

¿Menos? También.

Mucho más, aquí.

PD: e igual un amigo tuyo también le saca partido. El que “hace libre” a su novia casi seguro que no.