Lo que la falta de imaginación puede hacerle a tu negocio.


 
 Ayer tuve dos reuniones muy interesantes para proyectos nuevos.
 
Te cuento una, la otra no.
 
Y de esta que te cuento, te cuento tres cosas importantes.
 
 
 

La reunión fue física.
 
Nada de zoom.
 
Almacén, gente trabajando, olor a pieles… 
 
Más real.
 
Nos sentamos a charlar la chica que está al frente de ese negocio, su diseñador web, y yo, los tres muy majos.
 
Me contaron cómo vendían:
 
 
 
 
1. Hablando de la web, el chico me dijo:
 
 
“Tampoco tiene mucho más, es como la del resto de gente que vende lo mismo que nosotros”
 
 
Ese “no tiene mucho más” no quería decir sencillo.
 
Quería decir “he copiado lo que creo que funciona”.
 
Le dije lo que digo siempre:
 
 
“Eso es como ir a una fiesta ibicenca de blanco y querer destacar”
 
 
Y pasa esto:
 
– Alguien entra en Google y busca su producto.
– Abre 4 pestañas, todas iguales.
– Mira el precio o las reseñas.
 
Eso es así.
 
 
 
 
2. Me dijeron que el negocio no tenía mucho misterio, que la gente iba siempre por precio.
 
Claro, yo ese estribillo ya lo sé.
 
Sé por qué se piensa porque lo he pensado y también sé que no es cierto porque lo he vivido.
 
Pero le dije que, en ese caso, ellos tenían razón:
 
De la manera en la que se estaban presentando, no queda otra que ir por precio.
 
No hay motivo para pagar más.
 
 
 
 
3. Y hablando de precios, me dijeron la estrategia:
 
 
“Lo que este tío conocido tiene a 7€, lo ponemos a 6,5€”
 
 
Vale.
 
Esa es la forma más frágil que se me ocurre de plantear una estrategia.
 
¿Por?
 
Porque mañana viene otro, lo pone a 6,25€ y (hablando mal y pronto) tú te vas a tomar por culo.
 
Ya está.
 
Y luego te toca ponerte a regalar para que te prueben y cosas así que lo único que hace es espantar a la gente y dejarles sin la posibilidad de desearte de verdad.
 
Es ese cubata que intenta pagarle un tipo a una tipa para comprar su tiempo.
 
 
 
 
En fin.
 
Todo eso y más lo solucionaremos para que ellos no se muevan y que se muevan sus clientes.
 
Y lo harán porque cuando tú entras en sus vidas como Dios manda, sienten lo que vales.

Hay algo más aquí.