Te cuento algo que molesta a algunos y luego lo del mago.
Esto suele molestar al principio.
Pero es importante saberlo si no quieres que lo que le digas a tus clientes les entre por un oído y les salga por el otro.
Si tienes una empresa debes tener muy claro que la única razón por la que la tienes presente es porque pasas mucho tiempo en ella.
No hablo de tiempo de oficina, hablo de tiempo mental.
Te ocupa tiempo mental.
Tú la tienes presente porque es tu mundo, nadie te la tiene que dejar pegada a la cabeza.
No tienes más remedio que tenerla ahí.
Es tu casa mental, vives ahí.
Si no vives ahí, el barco no se mueve.
Y pasar el 90 y pico porciento del tiempo ahí confunde.
¿Por qué?
Porque como lo tenemos todo ordenado en nuestra cabeza, pensamos que la gente que entra en contacto con nosotros también pasa tiempo mental ahí y con darles beneficios es suficiente.
La gente vive en su mundo.
Vive en su mundo hasta que una visión de tu mundo se les mete en la cabeza.
Si no, puedes lanzarles beneficios y ofertas, y recoger silencio.
Una vez leí algo que contaba un mago que me gustó.
Decía que todo el mundo pensaba (1) que sus trucos de memoria eran una farsa o (2) que él tenía una memoria privilegiada.
Y él demostraba que no eran ninguna de las dos.
¿Qué pasaba?
Pues que él sabía cómo crearse imágenes en su propia cabeza tan raras que ni él mismo no pudiera olvidar aunque quisiera.
Y el tío te recitaba cosas (que había aprendido hace años) sólo porque la imagen rara no se iba de la cabeza.
El dato se le iba de la cabeza.
La imagen no.
Todos los negocios tienen potencial para fijarse dentro de la cabeza de alguien, todos.
Ahora.
Contando lo comprometido que están o escribiendo sus valores en fila india… pues es más complicado.
Para fijar imágenes en la cabeza de tus clientes y que suban los pedidos: