Llenar el trineo de Papá Noel con libros que nadie quiere.



Brian Kurtz, que no es copywriter pero sí se ha sentado a tomarse el café con prácticamente todas las leyendas desde los 80 hasta hoy, contaba una cosa muy curiosa cuando trabajaba para Boardroom, una empresa que vendía información “top” en boletines de papel:

Emprendimiento, impuestos, salud, inversión…

Todo muy top.

Pero pasó una cosa:

Un día se quedaron sin más información top.

Ya no había más petróleo.

Ups. 




Tenían una audiencia enorme,

tenían a los mejores copywriters del país,

pero no tenían nada que vender.

Ups.




¿Qué hizo Kurtz?

Se fue con un carro del Mercadona a una librería y compró todos los libros que no se vendían bien pero hablaban de temas que interesaban a su audiencia. 

Algunos, según él, tenían un dedo de polvo cuando los metió al carrito.

1. Los leyeron todos, y quitaron los que no tenían mucho valor.

2. Los que quedaban, se los dieron a sus copywriters para que les dieran el visto bueno.

3. Compraron los derechos de esos libros olvidados. 

4. Les pusieron tapa dura, 3 “bonus irresistibles”

5. …y los vendieron al doble de precio.

Ups.




“Yo no inventé la idea de comprar los derechos de otros libros para venderlos en otros canales, pero sin estas campañas de venta, estos libros se habrían muerto en las estanterías sin ayudar a esa enorme cantidad de gente que necesitaba esa información”




Lo mismo, pero más valioso,

más deseable,

más congruente.

delante de más ojos que lo quieren,

más caro.




Si tú quieres poner el paquete de lo que ofreces a la altura de lo que hay dentro y convertir a Betty la fea en la chica guapa de la agencia de viajes, es ahí abajo.

Mucho más, aquí

PD: y así la paga 13, la 14 o la 15 te la pones tú.