Russell Branson, (que es un tipo que ya ha vendido lo suficiente para todas las reencarnaciones que le quedan) dijo algo curioso. Le preguntaron qué haría hoy si empezara desde cero. Tras todas las buenas y malas experiencias, qué haría si no tuviera ni un duro. Te lo cuento por si tú vendes algo. Ojo. Tan importante es lo que dice que hay que hacer, como lo que no dice. Porque hacer, pues se pueden hacer muchas cosas. Pero mejor si no haces muchas cosas y haces muy pocas. Contra menos, mejor. Él dice que tres. “Si te preguntas por dónde deberías empezar, esto es lo que te recomiendo..” –decía. (1) Contaba que lo primero era tener muy claro (muy claro) el tipo de audiencia al que sirves y qué nueva oportunidad les ofreces. Un buen producto y alguien que lo compre. Saber cómo ayudas y a quién. Nada nuevo. (2) Ahora, si el producto era nuevo, decía que un test con clientes de prueba te puede ahorrar muchas lágrimas y acercarte a la realidad. Y ya sabes lo que dice el refrán: “A menos pajas mentales, más ventas” Así ya sabes cómo sirve. Cómo falla. Cómo ayuda. Y te dejas del: “Es que yo creía..” No. Lo pruebas. ¿Y eso sería todo? Pues para unos sí y para otros no. Porque él contaba que la número (3) era aprender a contar historias. Historias. Ni fotos, Ni oferta limitada, Ni compra ya y te regalo un neceser con flores para el verano. Historias. Pero esas historias las cuentan muy pocos. Y bien contadas, muchos menos. Por si tú ayudas a alguien (de la manera en la que quieren que les ayudes) y lo único que te queda es que entiendan por qué tienes que ayudarles tú y no el vecino. Hay algo más aquí |
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