Diferentes maneras de tener novia, novio, novie



Es posible que alguna vez acabaras saliendo con alguien a quién conociste cuando tú tenías otra pareja,

luego un día ya no la tuviste, y una luna de Venus se alineó con un asteroide de Saturno y la ventana de tu salón y acabasteis juntos,

o bueno, igual estaba cantado.

Ambas son delicadas a veces, pero habituales.





A mí con esta situación me ocurrió una cosa que me sorprendió, y es que “la chica que vino después” se fijó mucho en cómo parecía ser todo entre “la chica de antes” y yo.

Hizo los deberes.

Pero asumió, como hacemos muchos, que nuestro comportamiento en pareja es exactamente el mismo, independientemente de la pareja.


“Así es este con las novias”


…aunque -dentro de una misma base- tengamos tantos matices como gente delante.






Todo eso obviamente no me sorprendió, pues de verdad había que ser muy idiota para no ver que era muy observadora. 

Lo que me pilló por sorpresa fue esto:

Un día, no me acuerdo qué me pidió exactamente, pero le dije que no iba a hacerlo. Que ni de coña.

Me miró, y me soltó la bomba.


“Esto sí lo hubieras hecho por [chica de antes]. Yo te veía, y hacías esto y más. No sé por qué por mí no lo haces.”


…y me di cuenta de que tenía toda la razón.

Pero toda, vamos.

El monopolio de la razón.

Con “chica de antes” accedía sistemáticamente con gusto, y con ella sistemáticamente me negaba en rotundo.

¿Era yo un cabrón inflexible o qué estaba pasando ahí exactamente?







Pues de esto hablo en la tercera pastilla de la clase gratuita para aumentar la conversión de tu página que desaparecerá hoy a las 23:59.

De eso y de bastante más.

Si te interesa utilizar los mecanismos de “la chica de antes” y asegurarte de que muchos más acceden a cosas que te negarían si fueras “la chica de después”, ahí abajo te cuento cómo.

Mucho más, aquí.