La putivuelta, gran clásico de la venta B2B.



(Nota importante: si me lees desde Latinoamérica o no tienes redes sociales -te felicito- te explico lo que es una “putivuelta”.

Una “putivuelta” es lo que haces cuando al poco de entrar en una discoteca te vas con tus amigos a recorrerla a lo ancho y a lo largo para ver cómo está el ganado o que el ganado vea cómo estás tú. Así (A) te alegras la vista y (B) valoras si empiezas tu danza de apareamiento o no.)




Dicho esto.

Ayer me crucé en la cafetería con una amiga que hacía tiempo que no veía.

Su familia tiene un negocio de pieles, y bueno, yo ni les llevo las cuentas ni sé qué hacen y lo que dejan de hacer, 

pero con 18 años su padre le compró un BMW de los de 60.000€, entonces algo debieron vender.

Lo que sea.




A ver, los negocios en los que el padre o el abuelo se forró y venden a empresas…

pues ya llevan tantos años que igual el problema no es conseguir clientes nuevos.

No lo sé,

el caso es que cuando me preguntó qué hacía y se lo dije, me contó algo que no es interesante y otra cosa graciosa.




Me contó que las ventas habían bajado.

que si la pandemia,

que si tal, que si Pascual.

Le dije que qué estaban haciendo para hacer que subieran:


“Ufff… pues no sé. A ver, es que ¿ahí que se hace?. Mandamos al representante muchas veces y dice que bien, pero luego les manda un correo con las referencias y no le contestan.”


Me dijo que el chico no sabía si escribir otra vez o no escribir.

Porque ya “le sabe mal y eso.”

(Y creo que aciertan, porque ante la duda, casi siempre es mejor no escribir que escribir mal y cagarla)




– Y, ¿qué hacéis cuando no suena el teléfono?

– Pues a mí me dicen: “Oye, pásate por la fábrica de ellos como si fueras de paso y salúdalos y pregúntales qué tal. Así se acuerdan y si tienen algo que pedir lo piden…” Jajajajaj

– Jajajajaja La putivuelta, ¿no?

– La putivuelta.




Pero claro, me dijo que ellos no tenían lista de suscripción.

Que por no tener, no tenían ni web.




¿Tienes un correo aunque acabe en gmail?

– Sí.

– ¿Os dejan entrar en la oficina de correos?

– También.

– ¿Tu representante sabe escribir?

– También.


Y ya vi entre 3 o 4 estrategias diferentes de evitarse el ridículo de tener que ir a alguien a pedirle que le compren algo.




Al final me dijo si yo podía hacer algo con eso, y le pregunté algo más básico incluso que las preguntas de antes:

¿Tienes algo que puede servirle a un ser humano?

Mucho más, aquí