Ahora que ya han pasado más de 3 semanas desde la encerrona, supongo que ya estamos todos mejor. Hemos vivido en nuestras carnes el famoso: “Un hábito se crea en 21 días” Y esa prohibición de no salir, unida a una noción de responsabilidad cívica y… a que de todos modos no hay ni Dios en las calles y todos están en redes… Nos ha calmado. Curioso cómo los datos son igual de alarmantes y estamos más tranquilos. Si en su día nos sumergimos en noticias e información, hoy ya no damos para más sustos. Decía Alejandra Pizarnik en sus diarios: “Imposible vivir siempre en estado de catástrofe.” Y qué razón tenía. A mí lo de los hábitos me lo enseñó el profesor de Dibujo Técnico de la facultad la 2º semana de entrar en la carrera. – “Juan Carlos, si hago todo lo que mandas y quiero aprobar las demás, tengo que dormir 4-5 h/día.” – “A todo se acostumbra el cuerpo Pablo, vas a sorprenderte”. Y ojo, me pasé 5 años así. Zombi, pero acostumbrado. Y hoy me da miedo a qué podrían acostumbrarnos, pero esto no es 4º Milenio, aquí hablamos de otra cosa. Esta semana muchos se pusieron al día (el mismo día) con la 4º temporada de la Casa de Papel. Yo me quedé en la 2º y me gustó, entonces he pecado. Y encontré una lección de oro de Copywriting. La cosa estaba así. Al Profesor lo habían pillado en bragas y para despistar a la policía (que estaba a punto de engancharle) iban a poner en marcha el “Plan Alcatraz”. Iban a fingir una huída para dividir la atención. El profesor ya sabía que a uno de los suyos le iban a poner un GPS y una escucha. Esto le permitía hacer que la policía escuchara lo que él quería que escucharan, y que pensara que estaban dónde él quería que pensaran que estaba. – PROFESOR: Con Río intentarán colarnos al menos un micrófono y una baliza de posición que utilizaremos a nuestro favor en el plan Alcatraz. – BOGOTÁ: ¿Para hacerles creer que huimos? – PROFESOR: Para hacérselo sentir, que es mucho más poderoso. (…) – PROFESOR: El sentido del oído unido al miedo es el mayor generador de paranoias que existe. Podemos hacerles creer cualquier cosa. Ya veis. El arte de no contar, de hacer sentir. El arte de no decirle a tu cliente que vas a hacer eso por él, sino de hacérselo sentir. Con palabras, con palabras, nada de micros ni de grabaciones. (Por lo general) Ahora que estamos en cuarentena e igual tienes más tiempo, échale un ojo a lo que hace sentir tu proyecto cuando aterrizas en él. Porque (espero que éticamente) vas a tener que volver loco a alguien. Al menos, lo suficientemente loco para que te preste atención. Locos de sensaciones, pero tranquilos de pulsaciones. Y luego a seguir. Si necesitas ayuda con esto, es por aquí. Suscripción Pablo. |
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