…resulta que es la mía.
Bajo la persiana hasta 2023.
Cerrado.
Ayer hice cálculos, y ya no puedo dar más servicio a clientes nuevos este año.
Nuevos.
Mira que iba a avisar de esto en mi nueva “propuesta testicular” pero no me ha dado tiempo.
Ahora me siento como el que gana una ronda de póker yendo de farol.
(¿Se llama ronda? odio los juegos de mesa, casi prefiero hacerme fotos)
No es un farol.
Tengo ganas de colgar la página de ventas, pero de momento no voy a hacerlo porque marear a la gente para nada es tener complejo de ex-novia tóxica.
Y yo tengo algún complejo pero ese no lo tengo.
Un suscriptor de esta lista me preguntaba ayer:
“Hola Pablo, ofreces servicio de consultoría?
Si fuera así, ¿Tienes una carta de ventas para que pueda ver qué incluye y el costo?
Gracias.”
La verdad, ahora mismo es lo único que podría ofrecer.
Pero tiene un gran “pero”.
Como no tengo carta de ventas, pongo el “pero” aquí.
El “pero” en versión corta es:
Me voy a reservar el derecho de admisión y a cuidar muy mucho los proyectos que acepto en consultoría.
¿Por prepotencia?
No.
Por ética profesional.
Explico la versión larga:
Ayer hablaba con Gabi, cliente mía y suscriptora de esta lista.
(Ella se dedica, entre otras cosas, a formar terapeutas, es decir: ayuda a la gente que ayuda, te lo digo para que veas el nivel)
Hablamos sobre el tema de las primeras consultas.
Las suyas, si miras el número, baratas no son.
Ahora, si miras el avance, son un chollo.
El caso es que ella y su hermano quieren cortar con la gente que no le da continuidad a las consultas.
Da igual que las cobren bien.
Les da igual.
…porque si no hay evolución, es tiempo que se va al limbo.
Y eso es triste.
Entonces lo que haré seguramente sea una carta de ventas para evaluar dónde tiene la cabeza la persona que me pide una consultoría.
Esto no es ni un test psicotécnico ni un “dime tus tres autores preferidos”.
Pero tengo que estar seguro casi al 100% de que lo que cuente va a servir para algo:
No quiero perder mi tiempo ni el de los demás.
(Ya he hablado a la pared por dinero, y cuando veía a la gente seguir haciendo las mismas tonterías me ponía de malas porque pensaba que si les hubiera cobrado el triple me habrían hecho caso)
Resumiendo:
– No doy servicios ya.
– Si alguien quiere consultoría, hasta que saque la carta de ventas y explique muy bien los requisitos, van a tener que hacer un pequeño esfuerzo por (1) explicarme el problema y también (2) decirme por qué piensan que yo lo puedo resolver..