No voy a entrar en detalles pequeños de copy aquí. Vamos a ponernos un momento a vista de pájaro. Nosotros somos el pájaro. Y abajo hay una página de ventas. Muchos, cuando escriben lo que hacen por sus clientes en esa página de ventas, hacen muchas cosas que no deberían estar haciendo. Hoy sólo hablaré de una. Y tiene que ver con el sacrificio humano. Al lío: La Santa Biblia (en formato PDF cuando la buscas en Google) tiene 2108 páginas. Si busco “sacrific” me aparecen 480 resultados. Es decir, de media, cada 4 páginas y pico hay un sacrificio. Igual a ti no, pero a mí me parecen una puta salvajada de sacrificios: “Eva da a luz a Caín y a Abel — Ellos ofrecen sacrificios.” “Noé hace salir del arca a todo ser viviente — Ofrece sacrificios” “Jehová hace prosperar a Isaac temporal y espiritualmente por causa de Abraham — Isaac ofrece sacrificios” En la Biblia se sacrifican hasta los arbustos. Seamos agnósticos, ateos o muy feos, creo que nadie puede negar que ese libro nos lo han metido por las entrañas durante generaciones. Sus conceptos están en nuestro ADN, son lo que somos. Creamos lo que creamos, es lo que somos. Eso es así. Pues a vista de pájaro, cuando miramos las páginas de ventas de casi todo el país, pasa algo: Como el que las escribe a veces está en la nube de Son Goku y piensa que habla con gente que no son hijos de Dios, los fusilan a beneficios y a facilidad. Muy fácil, muy digestible, muy sin esfuerzo, muy, muy, Y no se dan cuenta de que la mayoría (los que saben sumar) no entiende que sacrificio hay sí o sí, que eso no se negocia. Y si uno no les cuenta exactamente dónde está (Spoiler: no sólo es dinero) Pues suenan las alarmas celestiales. “Mi Señor, algo no cuadra.” Y, ¿quién se come su producto? El que lo vende. Y es culpa suya, porque aunque conozca tanto su producto como el deseo de su cliente… No lo cuenta de forma que los hijos de Dios le crean. Para esas cositas, abajo: Hay algo más aquí |
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