Gente que cree que te quiere comprar, pero no.



Hay algo que le leí a Mark Manson hace tiempo que trato de que no se me olvide siempre que tengo que tomar una decisión.

En la vida, en el trabajo, en las compras y en las ventas.

Puede sonar algo nazi.

No siempre es fácil ponerla en práctica.

..y a veces se olvida.

Pero merece la pena decidir así. 




Igual estamos empezando un proyecto o pensando en tirarnos a la piscina con algo,

Igual queremos sacar un nuevo producto o estamos pensando dónde nos vamos de vacaciones..

Quizá revisando una publicación de lo que sea..

Da igual.

Puede ser cualquier decisión.




Cuando no tenemos claro algo, nos agarramos a la escala de grises porque ahí no se toman decisiones.


“Bueeeno”

“Puede ser”

“Vamos a probar”

“Me lo pienso y te escribo”

“Sí, ¿por qué no? Yo te aviso?”


Decimos esas cosas por «educación», o porque nos gusta pensar que no somos rígidos y no nos cerramos puertas porque estamos abiertos a contemplar cosas que no tenemos claras.

Esto está bien.

Pero más a menudo que menos, esto esconde una falta de certeza.

Una falta de emoción.

Esconde la incapacidad de desprendernos de cosas que en el fondo sabemos que son mediocres.

Y ahí perdemos un poco de fuerza.

Porque nos decimos a nosotros mismos:

“Estoy dudando”




Mark Manson decía que sólo deberíamos aspirar a tener dos respuestas posibles.

Sólo dos.

A o B:


a) “Joder, por supuesto que sí”

b) “No.”


Y punto.

Si es sólo “sí”, en realidad es no.

Si es un “seguramente”, en realidad es no.

Si es un “por probar…” es un no. Un no rotundo, además.

No hay más.





El otro día un chico me pidió presupuesto porque buscaba “un” copywriter.

Y eso es como buscar “una” novia.

Buscar novia está feo.

No se busca novia.

Cuando se ve algo en alguien, uno se espera el tiempo que haga falta hasta que se dice:

“Joder, claro que sí”

Hay algo más aquí

PD: Así que decidí que era “no” y le ahorré lo que iba a ser una mala contratación.