Gente con información muy valiosa pero nada.

Te cuento algo que se olvida rápido.

No sólo es importante para vender.

También es clave para retener.

Hace años igual alguien se podía librar de hacer esto…. pero hoy con todo el mundo con el móvil en la mano todo el día (y tarifa plana de datos) no se libra nadie.

Es hacer esto o hablarle a un maniquí.

No hay más opción.



Contra

ejemplo:

Para tocarnos los dolores, en la primera semana de una asignatura de la Universidad nos pidieron leer tres libros.

Tres.

Dos no sé cuáles son.

Pero de uno sí me acuerdo:

Casi seguro que era “las 3 ecologías” de Félix Guattari.

Pero no importa el contenido del libro.

Lo que sí que importa es si ese contenido tiene “lo que tiene que tener” para mover a alguien.


Me explico:

Tenía 19 o 20 años y lo que decía este tipo te abría mucho la mente.

Recuerdo pensar:

“Joder, menuda cabeza” y sentirme un idiota.

Ese desde luego no era el problema del libro.


El problema del libro es que yo dormía poco y si me iba un segundo tenía que volver a leer la página.

Y algunas las leí 4 o 5 veces.

Y aquello era un infierno.

Ese tipo tenía información que te hacía sentir que eras más listo a cada vuelta de página, PERO en lugar de querer una camiseta o un hijo suyo…

Pues rezabas para que alguien te pegara un virus del estómago y tener excusa para no acabarlo.

Fue así.



Dicho esto:

Hoy hay gente con un contenido espectacular que tiene una forma de estimular a su cliente igual de efectiva que la del profesor de ética promedio.

Y a lo mejor no estás conmigo, pero tener cosas que pocos tienen y no tener la capacidad de encenderles el alma a su cliente para que les presten toda su atención… es una pena.

(Además de una pérdida de dinero)

Para ajustar eso:

hay algo más aquí