Te cuento algo que igual es importante.
“¿Es CoNTeNiDo de VaLoR?”
Yo diría que sí.
Pero quizá para ti es de horror.
En todo caso, te lo comento por si no te motiva la idea de hacer un esfuerzo muy grande en calentar a alguien (ya me entiendes) para que te compre y que en el último momento piense:
“Voy a darle un par de vueltas”
Spoiler:
Ni media vuelta, lógicamente.
Vamos a verlo a fondo.
Me lo invento al vuelo:
Churri-1 está con Churri-2 mirando unas churri-vacaciones para digamos, el puente de diciembre.
Están ahí en el sofá mirando cosas.
Churri-1 con las gafas de cerca y Churri-2 con un manzapol.
Churri-1 no quiere ir a Francia ni así lo maten.
Por lo que sea.
Pero es que ha mirado un documental, y en Francia por lo visto hay un pueblo en el que esos días hay unas fiestas que oh lá lá son la créme.
Vale.
Busca información.
Entra en una web.
Ahora, imagínate (aquí sí pido un esfuerzo) que alguien se trabaja su mensaje de ventas y le dice algo más allá de:
“Esta será una experiencia única e inolvidable para ti y los tuyos”
Imagínate que no hace eso.
Imagínate que escribe para decir algo.
No para no decir nada.
Para decir algo.
Y ese algo pone a Churri-1 más caliente que un ajo y con unas ganas tremendas de irse a Francia a pasar frío.
Antes del botón de reservar, lee:
“Hay muchas opciones…
– Tenemos una casa que da a la montaña Napoleón.
– Otra que da al palacio viejo de Pepe Botella.
– …y otra en la costa, porqeu en los acantilados hay unos atardeceres que si te tomas un vino caliente allí esa noche triunfas con Churri-2 fijo”
Pues ahí está.
Unos piensan que es interesante dar opciones,
y otros que es más interesante no tirar emociones.