¿Te suena eso de que si eres el más listo de la mesa entonces estás en la mesa equivocada? ¿O que te acabas pareciendo a las cinco personas con las que más tiempo pasas? Pues esto que te cuento es el hijo de estos dos. Ayer llevé a mi abuela al centro de salud. Antes que nada: Todo el respeto que me sobra por los médicos de la pública me falta por la gente que les ponen en la recepción. “Son mi práctica espiritual”–como diría alguien más listo que yo. Sólo que no practico. El caso es que pasaba la hora, y como la Dr. Mula (para mi abuela Dr. Caballo) no estaba en su consulta… y esa mujer es un sol y si no está es por algo… fui a recepción: No había nadie esperando. Detrás del mostrador, dos tipas. Una miraba la pantalla. La otra tecleaba con dos dedos índices que parecían dos chorizos a la misma velocidad a la que cualquier persona escribiría si le estuvieran moviendo las teclas del sitio. (parecía ese juego donde le das con el martillo al topo que sale del agujero antes de que se esconda) Como me tenían delante pero hacían como si no, tuve que preguntar: – ¿Está la Dr. Mula? Es que no contesta en su despacho. – Ah, pues no sé, sí que está, toca en otra puerta a ver. – … Volví a a consulta y le pregunté a una chica de la limpieza que pasaba por allí: – Perdona, ¿sabes si está la Dr. Mula? Es que he ido a recepción y no han sido capaces de decirme dónde está. – Jajajaja… Claro que no han sido capaces. ¿La zampabollos de la recepción? Esa solo sabe mirar a la pantalla y comer. Yo te la busco. Fue por todos los sitios hasta que la localizó. Luego me contó: “En el hospital igual. Estaba el otro día con Pepe el de Pinoso (que ya descansa en paz) y me dice Pepe: – Perdona, es que no me han traído el batido de proteínas de chocolate y me ha dicho el médico que me lo tengo que tomar… además que me gusta mucho. Y yo le dije: –No se preocupe Pepe, yo se lo busco. Fui a la recepción y pregunté: – Oye, que no le habéis dado el batido a Pepe. (Pepe tenía un cáncer terminal) Y me contestaron: – No se lo habrá ganado, je je je” No sé si al principio esa gente entra con ilusión y alguien les dice: “¿Y esas prisas? No seas tonto, que aquí te los puedes tocar” …O si no se le puede dar un sueldo infinito a alguien que no tiene vocación por lo que hace. No sé ni una cosa ni la otra. Pero sí sé que si tienes ganas de hacer algo útil por alguien y necesitas que lo aprecien más… Hay algo más aquí. |
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