Esta gran historia descrita por Don Reynolds Jr. es un ejemplo tan corto como precioso de cómo si tienes un un buen ángulo de venta, te apoyas en la sinceridad más brutal y das la cara, si tan sólo haces eso, pues puedes disparar el valor de tu negocio, aunque no te respete el clima. Repito: aunque no te respete el clima. (cualquier parecido con 2020 es pura casualidad, o no) Un publicista se mudó a una ladera en Nuevo México a cultivar manzanas en un huerto. (clásico proyecto de quien tiene sobredosis de vida moderna) “Manzanas cultivadas en la montaña del tío Jim» ¿El plan? Venderlas por correo, junto con una nota que decía: «Si por alguna razón encuentra estas manzanas inaceptables, hágamelo saber y le devolveré su dinero sin hacer preguntas». Como toda buena historia de agricultura, un año el parte meteorológico le dijo “No.” y una espectacular granizada marcó todas sus manzanas. Todas. Manzanas feas, sin maquillar, que no pasarían el casting de Juan Roig. Todas. Tio Jim daba garantía total por su producto, era casi su sello de confianza. Y no hacía preguntas, lo dejaba todo a juicio de su cliente. Justo ese año, recibió más pedidos que nunca: ¿Los dejaba sin respuesta? ¿Se arriesgaba a mandarlas tal cual y que su cliente las interpretara por su aspecto? ¿Y si se las devolvían todas y no sólo no las cobraba, sino que perdía el dinero de los envíos? ¿Cómo salimos de esta? Pues como en la vida real: diciendo la verdad Tio Jim se dió cuenta de que ese año sus manzanas podían ser feas, pero estaban más dulces que nunca, y escribió: «Fíjese en las marcas de granizo de estas manzanas. Son la prueba de su crecimiento en una alta montaña donde las tormentas repentinas de granizo ayudan a estimular los sabores naturales de la fruta. Esto da a las manzanas del Tío Jim su incomparable sabor» Ese año, tío Jim tuvo menos devoluciones que nunca, y esa nota caló tan hondo en sus clientes que en los años sucesivos le llegaban pedidos que decían: «Manzanas marcadas con granizo, si están disponibles. De lo contrario, las normales» Lo que hizo fortaleció su marca, su autoridad, la confianza de sus clientes… y convirtió un “contratiempo” en un arma para hacer crecer su negocio, y eso no hubiera pasado sin esa nota. Para hacer lo que hizo tío Jim hay que pensar, cuidar los detalles, y aprovechar las oportunidades. Tío Jim no fue a descargar plantillas rellenables para cuando el granizo te afecta la cosecha, ni le dijo a sus clientes que confiaran en sus 300 años de experiencia plantando manzanos. Tampoco aprendió copywriting en Facebook, Tío Jim puso principios a funcionar, y disfrutó los beneficios de tener una cartera de clientes más caliente que nunca. Esos mismos principios, los mismos, los podemos aplicar en tu negocio, Mucho más, aquí. PD: y están arriba en el link. |
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