El mejor anuncio que jamás vi es de marca blanca



Carrefour nos rompió recientemente el corazón con titulares de venta que sólo se hubieran tragado niños que todavía ponen los dientes debajo de la almohada.

Esto no siempre ha sido así.

En otro tiempo fueron espectaculares. Auténticos cracks.

Por eso es difícil tenerles manía a las marcas.

Al final lo que importa es el mensaje, no el mensajero.

Hay que enfadarse con la campaña y no (siempre) con la marca.







Bien.

Hay muchos que todavía piensan que para aportar valor tienen que ponerse medallas, intentar vender cosas que no tienen nada que ver con su producto (amistad, abdominales, etc.) o decorar muy bien el paquete para que les compren por guapos.

Que tienen que hacer como si su competencia no existiera, en vez de calentarse la cabeza y conocer cuáles son sus armas.

No Carrefour.

(Al menos, no en esta campaña)






Hace mucho tiempo, para promocionar productos normales y aburridos, por ejemplo, espaguetis, hicieron algo genial:



Empieza el anuncio y vemos el exterior del típico Carrefour de pueblo, ni más guapo ni más feo, con los mismos coches.

Dentro vemos a  un reponedor normal, ni más guapo ni más feo, reponiendo.

Una clienta normal, ni más guapa ni más fea, le pregunta:


¿Éstos son finos palillos de pasta pincelados al huevo que con sólo cocinarlos me transportarán a mí y a toda mi familia a Sicilia, que hacen que entre el sol por la ventana y dé una luz cálida a la instancia como en las típicas cocinas italianas?”


“A ver”–dice el reponedor con cara de tierra trágame, agarrando el paquete. “No, creo que no. Esto son sólo espaguetis”


“Perfecto. Es lo que buscaba”–dice la mujer, con una amplia sonrisa.



BAM. El poder de un buen contraste.

(No lo analizaremos más, porque todos sabemos que analizar cosas gratis no es sexy)




Bien. Carrefour es Carrefour, pero estamos todos de acuerdo en que no parece que puedan competir con otras marcas especialistas en pasta.

También estamos de acuerdo en que no sólo lo hicieron, sino que lo hicieron de manera genial.

¿Cuál es el principio que hay detrás de este ejemplo brutal?

Suscripción

Pablo.

PD: Mejor que lo uses. Se sufre mucho menos.