Te cuento una historia que a mí me parece brillante y que tiene todo que ver con la comunicación efectiva. Es sobre Gaudí. El loco del bigote, no. Ese es Dalí. Me refiero a Gaudí, el arquitecto. El que diseñó ese parque en Barcelona con los azulejos rotos donde todo europeo tiene una foto. Hablo de memoria: No sé si tienes en mente la Sagrada Familia y sus formas. La verdad, podrían parecerte caprichosas, y algunas seguro que lo son. Pero su estructura es tan racional y tan simple que dejó al gremio de arquitectos en ridículo. Literal, en ridículo. Para saber la forma de los arcos, Gaudí utilizó unas curvas que se llaman catenarias. Una catenaria es la curva que una cadena formaría si la apoyamos en dos puntos: la curva ideal. Por ejemplo, si yo tengo una cadena de un metro de larga apoyada en dos postes que están a medio metro, esa curva que se forma por la gravedad es una catenaria. Es algo parecido a una “U” o una “V”, y tiene una forma o tiene otra forma dependiendo de lo larga que sea la cadena y lo lejos que estén los dos apoyos uno del otro. Bien. ¿Cómo diseñó Gaudí la Sagrada Familia? Cogió una tabla de madera. Dibujó la catedral en plano. Puso esa tabla de madera en el techo. Y empezó a pegar los extremos de todas estas cadenas en los sitios donde quería que la catedral se apoyara: los pilares. La forma con la que esas cuerdas “colgaban” era la caída natural que la gravedad les daba. Su catenaria. Así, fue colocando una a una para que no se entorpecieran. Luego a esas cuerdas les colgaba otras. Y luego otras. ¿Y qué hizo luego? Poner un espejo justo debajo. Y miró. Dónde antes había muchas “U” ahora había arcos: al otro lado del espejo estaba la estructura de la Sagrada Familia. Cuando vieron la maqueta, la gente dijo: Oh. Gaudí era un visionario, y su conocimiento de las estructuras había revolucionado la historia. Y aquí está lo interesante: Cuando le preguntaron cómo había tenido una idea tan genial, Gaudí dijo algo todavía más genial. (Escribo de memoria) “La verdad, lo que me preocupa es cómo esto aún no se le había ocurrido a nadie.” Lo que sorprendió al maestro es que eso sorprendiera. Era tan simple que puso a todos en evidencia. Hoy, hay gente en internet haciendo cosas tremendamente complicadas para vender que les sirven para poco porque no han entendido la esencia de lo que están haciendo. Los principios. Tratan de vender y algunos lo consiguen, pero entre tanto trasiego no se paran a ver que las ventas pueden ser dolorosamente sencillas. Pero claro, para eso hace falta un poco de soledad. Y como te cuento ahí abajo, en medio de un circo no encuentras soledad: Hay algo más aquí |