Hay algo que los divos de la productividad olvidan. Y es una pena. Porque mientras optimizan hasta las pasadas de papel higiénico… (no sea cosa que sean poco eficientes limpiándose el culo y estén perdiendo 5 segundos por deposición, o sea media hora al año) …pues aunque te dicen que “les cuesta delegar”, en realidad ves que el problema es que no saben qué hay que delegar y qué no. Conocí personalmente a uno de esos gurús, pasamos algún tiempo juntos y la verdad es que el tío era muy majo. Un día me enteré de que había tenido un problema con la familia. Y le escribí un correo. Repito: nos conocimos personalmente. Me contestó su asistente virtual, dándome las gracias por preocuparme. A mí la verdad es que me dio bastante igual porque ya ves tú, no iba ni a comprar ni a vender. Pero pensé: “esto es grave” Es grave porque mientras hace cosas como: – Poner tu nombre en el email, 7 u 8 veces. – Darte las gracias por leer campañas que no has leído. – Hacerse el campechano y tener “una relación contigo” Luego te contesta su asistente virtual. Y esas cosas… no todos te las van a perdonar. Uno piensa que es un líder optimizado, pero en realidad es otra cosa. ¿Por qué te cuento esto? Porque un cliente me mandaba esta mañana un testimonio de un cliente suyo que, entre otras cosas, hablaba de su magnífico servicio de atención al cliente. Atención al cliente no tiene glamour, y te digo que ahí sí se pueden forjar relaciones duraderas si no eres muy miope. Ahí sí hay dinero. “Personalizando emails” no. Hablando con las personas (y como las personas) sí. ¿Crees que no tienes tiempo para eso? Escribe mejor tus campañas. Despeja más dudas. Gana más dinero. Y delega otra cosa. No hay más. Hay algo más aquí |
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