Drogas para no vender ni crecer



Si hoy estás regular, no leas esto, aviso,  

pero es interesante si te preguntas por qué a veces cuesta centrarse en construir un proyecto ganador.  



Conocí a una chica almodóvar hace ya algún tiempo,

alguien a la que la vida había roto y que me enseñó cosas que ya sabía sobre por qué tomamos decisiones que no nos hacen ir para arriba en la vida, en el trabajo 

…y bueno, por qué seguimos sin mandar a la mierda del todo cosas que deberían ser abono hace tres cosechas ya.




Te sitúo: 

Esta chica, inteligentísima, era la primera y única hija de un matrimonio precoz que no funcionó entre la guapa del instituto y un heroinómano.

Su padre, hoy sin dientes, se casó y tuvo dos hijos más, que se lleva al bar los viernes porque no hay para la canguro, y prácticamente son ellos los que le enseñan el camino de vuelta cuando se hace la hora. De lo que pasa o no pasa después no conozco detalles.

La madre vio pasar la barca, saludó al barquero, y como las niñas bonitas no pagan dinero se casó con un tipo con pasta que le dio dos hijos de los que se ocupaba la chica que conocí -su mediohermana- porque tras el segundo divorcio, la madre, que estaba enamorada de sí misma y del valor que le había aportado su belleza, se dedicaba a salir con sus amigas a comer con el dinero que le pasaba el milloneti para luego, en los drinks, acabar acostándose con chicos de la edad de su hija mayor

…y ella lo sabía porque los conocía.




¿No te sorprendería que te dijera que estaba en un centro de desintoxicación para dejarse la farlopa no?

Pues entonces no te sorprendo. 

Ella se ocupaba de sus hermanos cuando estaba fuera y daba inglés porque acababa de volver de estar un tiempo en Londres trabajando de camarera. Allí, se había ido a huir de lo que tenía en casa, a ganar pasta para dejársela rompiéndose el tabique y también a ganar amistades que le hacían coreografías por ello mientras se lo rompían también.

Ellos todavía si pueden más, ella no pudo más, 

​y volvió. 




“Todo mi entorno consume. En España y en Inglaterra. Son todo mi círculo, si los veo me meto, es así, para eso no tengo voluntad”

y así lo hacía.

y al día siguiente se odiaba, 

y otro paso para atrás.


¿Pero sabes por qué lo va a tener jodido?

Porque el dolor del aislamiento es mucho peor que el de las resacas.


¿y sabes por qué será todavía más jodido?

Porque sabe que pase lo que pase, probablemente mañana salga el sol y ella esté viva. 

Ese miedo a “la gran cagada” está lejos.

ese punto de no retorno, parece que no llega.


“Nunca es para tanto al final”–me decía.


Hay veneno que nos mata lentamente, y las soluciones a problemas que aún creemos que no tenemos, cuesta venderlas.

(que se lo digan a los fumadores, y a los que hacen campañas contra el tabaco) 






Hagamos lo que hagamos en la vida, probablemente mañana salga el sol. 

Es por ello que pocos harán mucho y muchos harán poco. 

Estamos diseñados para ahorrar calorías y sobrevivir, no para romper el market.


¿Qué dicen todos, pero todos, los que un día se jugaron todo a su última carta y hoy son semigurús o gurús enteros?


Que lo hicieron porque no tuvieron más remedio.


Tener más remedio parece seguro, pero para algunos es lo menos seguro que hay.

Mucho más, aquí.

PD: Arriba si mejor vivir con 60 pulsaciones por minuto, sin químicos ni ultraprocesados.