Dónde se paran muchos cuando tienen un buen producto.



Hay una cosa que hoy aún nos parece un lujo cuando tenemos un negocio.

Pero poco a poco, mientras veamos cómo sube el nivel del mar y de la venta, muchos mirarán atrás y se sentirán como esta actriz que decía que se arrepentía de haber trabajado en las pelis de Torrente.

Nos diremos:

“¿Cómo pude hacer eso?”

Pues bueno, lo hiciste.

No pasa nada.




Hasta ahora, lo que muchos todavía siguen haciendo es crear un producto muy, muy bueno, que pueda querer su mercado.

Todo al producto.

El único trabajo, el producto.

Luego, cuando el producto está acabado, pagan a una agencia de publicidad para que les de un anuncio muy bonito.

Muy, muy bonito, eso sí.

Lo ves y es precioso.

Pero profundidad, pues la mayoría tienen más o menos la misma que una canción de Maluma, así a ojo.




(Puede que pienses que esto me lo estoy inventando, pero si lo sé es porque clientes con los que he colaborado me los mandaban como referencia. Nos deprimíamos juntos. Era bueno, eso nos unía.)




Claro, cuando haces esto pueden pasar 3 cosas:


1. Nada.

2. Nada espectacular.

3. Que la oferta sea tan buena que se venda a pesar del anuncio.


Pero lo normal es que la gente salte el relleno y con suerte mire el logo.

Y el logo sí lo vea.

Pero cómo se inserta el logo en su vida, eso no lo vea.

Y es una pena, porque es lo único que le hace falta para comprar.

Pero se paga más publicidad y listo.


¿Pensar en mi cliente?


No, eso es difícil.

Mejor pago más publicidad.

Más fácil.”





Pues eso.

Muchos se paran en el producto o en la campaña preciosa de publicidad y ven qué pasa.

Otros, cuando tienen el producto acabado, saben que el trabajo empieza en ese momento.

Saben que ahora que tienen el producto, ya tienen el 50% hecho.

El 100% no, el 50%.

Que el otro 50% es venderlo.

Activamente, bien.

Tratando de quedarse pegado a las mentes como la arena de playa detrás de las orejas en agosto.

Ahí termina el trabajo. Antes no.

Mucho más, aquí

PD: Hay maneras más fáciles de aumentar beneficios, pero hay que pensar. Si no, siempre se puede pagar un poco más de publicidad.