De indeseable a Dios en solo 2 segundos.



Dan Kennedy es un tipo que ha vendido barbaridades por correo sin necesidad del bachiller,

y es propietario de un bigote de esos que tenían los señores extraños de los que te decía tu madre que no aceptaras caramelos en la puerta del colegio.

(y secretamente pasaste la infancia decepcionado porque nunca encontraste uno)

Pero los caramelos que daba Dan Kennedy sí los aceptaban muchos, y el tipo hoy es un mito.




Mr. Kennedy cambió su manera de ver la venta fría tras un episodio muy curioso, 

tan curioso que asegura que parte de su éxito nació en esos minutos.

Hablo de memoria, pero por lo visto un día estaba en su cocina con un cliente al teléfono,

Pum-pum, la puerta.

“Joder, otra enciclopedia” y pasó de él.

PUM-PUM, más fuerte.


“Macho odio teletrabajar” y siguió a lo suyo.


Quien tocaba la puerta dio la vuelta a su casa (esa casa americana de siempre con jardín detrás) y le tocó a la puerta trasera.

Pum-pum

Pero Mr. Kennedy seguía haciéndose el loco.




Dan es paciente pero no es un santo, entonces cuando volvió a tocar por 5º vez salió escopetado a abrirle para acordarse de la persona que advertía de pequeño al que tocaba a la puerta de que no aceptara caramelos:

– Pero qué coj…

– ¡¡¡Se te están quemando los arbustos del jardín, coge el extintor que yo voy a pedir ayuda!!!

…le gritó un motorista que pasaba por ahí.


En ese momento, lo que iba a ser un potencial cabrón pasó en 2 segundos a ser su salvador, la persona a la que seguir y la que iba a solucionar su problema número 1.




Desde ese día, ese episodio es el ancla de Mr. Kennedy, y si tú consigues hacer sentir eso cuando vendes, pues ya llevas ventaja, 

y si tu cliente lo consigue sentir contigo, pues entonces imagínate.

Si estás motivado a trabajarlo tú para mejorar tus números, ahí está la historia.

Si quieres que lo trabaje yo, ahí está el link.

Mucho más, aquí.