Aunque seas de esas personas que no les gusta darle tu dirección de correo a cualquiera puede que en el momento en el que hablamos estés viviendo la pesadilla de las newsletters de Navidad. Hoy me mandaba un amigo al whatsapp esto: “Es para cortarse las venas esto. He borrado 10 la última hora. Ni las abro” Este amigo se refiere a esas postales que imitan a árboles de Navidad o a sus bolas de forma muy “creativa” y que llevan un vídeo corto donde puedes darle al play y perder todavía más tiempo si quieres. Feliz Navidad. Hay gente que no manda nada de valor en todo el año y decide (todos la misma mañana) que no pasa nada por hacerte perder el tiempo que tardes en borrar el email. Y no son 4. Son bastantes más. Y no te diré que cuando hacen eso están gritando que no saben en qué pantalla del videojuego están porque si llevas un tiempo en esta lista eso lo tienes claro. Pero sí te diré otra cosa: Ojo, porque hay varias realidades duras que muchos parece que no consiguen ver: 1. La gente ya no tiene tiempo ni para que les felicites la Navidad en 5 segundos. 2. Diseñar una postal solo le da valor a tu ego. 3. Tu ego a la gente no puede darle más igual. Y es que lo más gracioso (y lo digo porque los he tenido en consultoría) es que muchos se quejan de esto y luego hacen exactamente lo mismo. No sé si pensamos que somos diferentes y las leyes del mundo a nosotros no se nos aplican. No sé. Pero si esto son cosas que mi primo que no ha pegado el estirón todavía tiene claras como el agua. ¿Por qué las hacemos? Porque no queremos pensar. Queremos quedar bien sin pensar. Y para quedar bien sin pensar, solo se me ocurre una solución: Regala un jamón. Pero quedar bien gratis y sin pensar no se puede ya. Se acabó. Vivimos en la época de la distracción. Lo siento. Luego van diciendo por ahí que si es que “el email está muerto”, que si a ellos “no les funciona”, que si blablabla… Y tú los escuchas y dices: “Si te funcionara así, me haría tu discípulo porque serías el que cumple años este sábado” Hay algo más aquí |
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