Ayer te hablé de una estrategia dudosa para vender neveras.
Hoy te iba a contar la 2ª parte.
Pero me ha llegado un correo muy interesante.
Mejor hablamos de esto.
Mañana las neveras.
No sé si tú en los 90 merendabas o no.
Yo recuerdo volver del colegio por la tarde y comerme un trozo de pan con mantequilla y chorizo (de ese que ponían en los cumpleaños) viendo Antena 3.
En varias de esas pelis se repetía algo:
Un tipo se había dado un golpe en la cabeza por lo que fuera, no sabía quién era, y en la familia se armaba la de Dios es cristo:
¿Quien soy?
¿Donde estoy?
¿Peter? ¿Quién es Peter?
La novia:
“Cariño, ¿no me recuerdas? Soy Megan, tu prometida.”
Cariño la mira como si no la hubiera visto en la vida y Megan llora:
“Peter, maldita sea… PETERRRRR”
Esta mañana me he sentido muy Peter.
Te comento:
Me llega un correo de una compañía que ni me sonaba.
Lo abro:
“Conoce a tu entorno competitivo y evita impagados.
Bajamos los precios en las cuentas anuales e informes de riesgo. Solo en noviembre.
Datos actualizados con cuentas de 2021
Etc.”
¿Quién soy?
¿Dónde estoy?
¿Peter?
Y de golpe lo pillo.
Hace dos años y pico estaba yo con un proyecto que tenía que ver con plataformas para denunciar impagos.
Me suscribí para estudiarlos.
Y hoy me han mandado un correo.
Un correo… en dos años.
Me he dado de baja.
Yo tenía un colega que solo llamaba cuando lo había dejado con la novia.
También me di de baja.
Si somos muy tiernos, podríamos pensar que somos alguien y que Peter nos va a reconocer porque hace dos años hablamos 15 segundos.
Bueno, cada uno a su manera.
Pero por si a ti te gusta lo que haces, quieres que les suene tu cara y sobre todo que piensen en ti cuando te necesiten: